La misión comienza con el Bautismo...

Queridos amigos:

Esta es mi predicación de hoy, 9 de enero de 2005, Domingo del Bautismo del Señor, del Ciclo Litúrgico A, para la Misa que celebraré para unas familias amigas en casa de una de ellas, en Bariloche. Me basé en las siguientes frases de las lecturas bíblicas de la Misa del día:


Zapato1. LAS COSAS NO SIEMPRE CUESTAN TODO LO QUE VALEN... A veces buscamos algunas cosas simplemente porque son de marca, aunque justamente por eso, cuestan más. Sin embargo, los tiempos que vivimos en Argentina (probablemente más realistas que la década anterior, en la que podíamos caer fácilmente en la ilusión de creer que éramos prácticamente un país del primer mundo), nos van acostumbrando a una manera distinta de mirar las cosas, ya que no nos sobra mucho, o nada, y se hace necesario encontrar lo que es bueno, aunque no sea caro...
 
En realidad, es una fantasía en la que fácilmente podemos caer envueltos por la propaganda, pensar que una marca alcanza para que algo sea bueno (en mis tiempos de juventud, había una casa que fabricaba unos mocasines que estaban de moda, y de tal modo se habían hecho el nombre, que uno sentía que en realidad no estaba bien calzado hasta que llegaba a tener esos mocasines, por más que tuviera otros que eran iguales, o incluso mejores, y más baratos, pero de otra marca). Sin embargo, ya seguramente hace rato la vida nos ha enseñado que no necesariamente las cosas más caras son las que más valen, ni las cosas que más importan cuestan siempre todo lo que valen. Por eso, hay que estar muy atentos para aprender a valorar siempre las cosas, no tanto por lo que cuestan, sino por lo que realmente valen. Si hacemos esto, fácilmente nos vamos a llevar muchas sorpresas, por una cantidad de dones con los que contamos, que en realidad no nos han costado nada y valen mucho...

El mismo don de la vida, que hemos recibido de Dios, junto con el Bautismo, que la ha convertido en un llamado y una misión, son regalos de Dios, y como tales totalmente gratuitos, que valen más que cualquier otra cosa para cualquiera de nosotros. Hoy el Bautismo de Jesús nos invita a celebrar estos dones con los que Dios nos ha bendecido...

Bautismo de Jesús2. JESÚS HA VENIDO A SALVARNOS, Y ESA MISIÓN COMIENZA CON SU BAUTISMO... Jesús es coherente: nació pobre en un Pesebre, y nos salva sin triunfalismos, con los pies en la tierra, llenos de barro. Sufre las consecuencias del pecado y de la muerte, para salvarnos del pecado y de la muerte...

Jesús mismo, el Hijo de Dios, unido al Padre desde toda la eternidad, y hecho hombre para participar de nuestra condición humana y llamarnos a participar de su condición divina, quiso ser bautizado en el Jordán. No porque le hiciera falta, ni para cambiar o completar nada en Él, sino simplemente para transformar el Bautismo mismo. Y desde ese momento, de manera totalmente gratuita, sin que podamos con nada pagar ni siquiera parte de semejante don, somos llamados por el Bautismo a participar de la vida de Dios, pasando a ser sus hijos. Por eso somos llamados a participar de su eternidad, y a vencer la muerte para resucitar como Jesús, al fin de los tiempos...
 
Nuestro Bautismo"Dios estaba con Él", nos dice hoy la Palabra de Dios. Y se ha venido a la tierra, hecho Hombre y nacido de María, de una vez para siempre, para estar con nosotros. Con Jesús, Dios está con nosotros siempre y a toda hora, y no nos deja, si no queremos abandonarlo. "Pasó haciendo el bien" nos dice también el Libro de los Hechos de los Apóstoles. Esa es su misión, y nuestra salvación. En el momento en que Juan el Bautista bautizó Jesús, "se abrieron los cielos", descendió el Espíritu Santo y se oyó la voz de Dios Padre: "Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección". Predilección significa un amor que elige, por encima de otros...

Todo esto pasó con Jesús el día de su Bautismo. Y exactamente lo mismo es lo que pasa con nosotros cuando somos bautizados. Ese día nuestra vida cambió por completo. De ser un gran posibilidad, con un futuro incierto por delante, pero siempre, en todo caso, limitado entre el instante inicial, el día de nuestro nacimiento, y una barrera infranqueable, nuestra muerte, pasó a ser una invitación, que viene de Dios, a participar de su vida, por toda la eternidad. Pero en Jesús, y en nosotros, Bautismo y misión van siempre de de la mano. Por eso, el Espíritu Santo viene a nosotros en nuestro Bautismo, y nos marca para una misión...
 
Espíritu Santo, Paz3. PREDILECTOS DE DIOS, SU ESPÍRITU SANTO NOS HACE HUMILDES Y SOLIDARIOS... Dios está siempre con nosotros, y éste es un don al que, a fuerza de acostumbrarnos, podemos dejar de tener en cuenta, junto con todo lo que vale. Él nos ofrece su Espíritu, a raudales. Nosotros, bautizados en Jesús, animados por su Espíritu,  participamos de su misión: también para nosotros esa misión consiste en pasar nuestra vida haciendo el bien. Dios nos ha elegido para esto con predilección...

Eso sí: para recibir el Espíritu de Jesús, hay que tener, como Él, un corazón humilde y solidario. Porque muchos hombres hoy se encuentran en condiciones de necesidad y de miseria, que golpean a nuestras puertas como un llamado que viene de Dios y nos recuerda nuestra misión. Por lo tanto, mientras pedimos al cielo y a la tierra, a Dios y a los hombres, que se haga justicia para todos los que de diversa manera hoy se encuentran heridos o lastimados en su condición humana, tanto por las fuerzas de la naturaleza o la desidia humana, nos toca tratar de responder a las circunstancias en las que vivimos siendo nosotros mismos justos, pero además, buenos y solidarios...

Un abrazo y mis oraciones.
 
P. Alejandro W. Bunge
Consultas o comentarios, aquí:Correo



Predicaciones del P. Alejandro W. Bunge: