Ilumina a todo el que quiere ver...

Queridos amigos:

Esta fue mi predicación de hoy, 2 de enero de 2005, II Domingo de Navidad del Ciclo Litúrgico A, en casa de mi hermana, en Bariloche. Me basé en las siguientes frases de las lecturas bíblicas de la Misa del día:


AmorJoven Baila1. LA JUVENTUD ES UN DEFECTO QUE SE CORRIGE CON EL TIEMPO, Y LA ANCIANIDAD UNA VIRTUD QUE SE ADQUIERE CON LOS AÑOS... Es difícil atribuirse una autoría, pero me animo a hacerlo con este refrán, que resulta muy útil para frenar el ímpetu, a veces poco reflexivo de los jóvenes, y para levantar el ánimo, a veces muy caído de las personas mayores...

Sin embargo, este refrán también merece contrapeso. Porque la juventud puede estar, y de hecho lo está, muchas veces cargada de virtudes. El entusiasmo para emprender empresas difíciles (y crecer desde la adolescencia a la madurez, pasando por la juventud, no lo es en medida menor) los hace capaces de encarar las cosas con una vivaz fogosidad que les garantiza que rindan en ellas con todas sus potencialidades. Y si saben encauzar ese entusiasmo, a veces cargado del más sano idealismo, los desafíos los van haciendo crecer en la experiencia y en la virtud...

Además, la ancianidad no es virtud por el sólo paso del tiempo. Para que lo sea, requiere además que uno se deje guiar y se deje enseñar por la experiencia que, cuando se orienta hacia el bien, va convirtiéndose en sabiduría...

Precisamente de la fuente de la sabiduría nos habla hoy la primera lectura, que nos relata de manera profética la manera en que la Sabiduría misma de Dios, es decir, el Verbo, la Palabra de Dios, se buscó su morada entre nosotros, para ser fuente en la que cada uno de nosotros pudiéramos beber de la sabiduría y la salvación que vienen de Dios...

Niño de la Luz2. JESÚS ES LA SABIDURÍA DE DIOS, LA VERDADERA LUZ, QUE ILUMINA A TODO EL QUE QUIERE VER... La Palabra de Dios, que se hizo Carne, nos dice San Juan, y esto lo hace para salvarnos. Él es la Luz, que nace en la sencillez de un Pesebre, y desde allí comienza a mostrarnos con toda claridad nuestro origen, nuestro camino y nuestra meta. Siendo Dios y haciéndose Hombre, nos muestra que nuestro origen también está en Dios, de donde viene nuestra vida. Con su vida nos muestra desde el Pesebre hasta la Cruz cuál es nuestro camino, y una vez resucitado, nos muestra nuestra meta, a la que Él nos llama...
 
Ya desde el Pesebre desarma todas las maniobras de las tinieblas. Hasta cuando las tinieblas se lo quieren sacar de encima, porque les molesta, pone en evidencia su Luz, que brilla más que nunca desde la Cruz. Allí, en el punto culminante de su entrega, se plasma la Resurrección, y la que tenía que ser su derrota es su más contundente victoria, que nos abre las puertas del Cielo y nos muestra con claridad nuestra meta...

PesebreEsta Luz que nace en el Pesebre nos muestra que Dios nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales, nos ha elegido en Cristo para que seamos santos, y nos hace valorar la esperanza a la que hemos sido llamados, nos dice San Pablo. Nos ha elegido antes de la creación del mundo, nos dice el Apóstol, porque en realidad la creación entera encuentra su justificación en cada una de las personas que él ha llamado a la vida, y les ha dado un destino de eternidad. Cada una de las 175.000 personas que han muerto en estos días por el maremoto asiático, así como cada uno de los 175 jóvenes o niños que han muerto en el reciente siniestro criminal del boliche del barrio de once de la ciudad de Buenos Aires fueron elegidos por el amor de Dios, antes de la creación del mundo, para una vocación de eternidad para la que no ha dejado de llamarlos, como a cada uno de nosotros, desde el primer instante de su existencia...

La Sabiduría de Dios se ha manifestado, Jesús nos ha hablado y con su Sabiduría nos ha señalado el camino y la meta. Pero la Sabiduría no se impone contra la voluntad de ninguno. Por eso, hace falta que la Sabiduría sea no sólo una Palabra pronunciada (éste es Jesús, Palabra de Dios hecha Hombre), sino también una Palabra recibida, es decir, escuchada y asumida...

Por eso, nosotros que sabemos la oscuridad de las tinieblas que nos rodean, que rechazan la Luz que viene de Dios y que pueden llevarnos a nosotros mismos a dejarnos vencer por las tinieblas, sabemos al mismo tiempo que:
 
Jesús y la Luz3. HAY QUE ESTAR SIEMPRE CON JESÚS, PARA QUE NO NOS FALTE LA LUZ... Cuando las tinieblas que se nos vienen encima, de tantas maneras como hoy se abate sobre nosotros, cuando nos gana la tristeza o la amargura porque nos parece que la Palabra de Dios no alcanza la eficacia mágica con la que a veces soñamos, cuando nos llega el desaliento porque nosotros mismos no alcanzamos la perseverancia que quisiéramos por el camino de la luz y de la virtud, es que ha llegado la hora de volver a Jesús, de quien nos vendrá siempre la luz...
 
Jesús siempre nos iluminará desde la sencillez del pesebre, nos hablará con claridad desde su Palabra, siempre viva en los Evangelios y en la predicación de la Iglesia, y estará esperándonos, lleno de Luz, desde el silencio elocuente del Sagrario...

Un abrazo y mis oraciones.
 
P. Alejandro W. Bunge
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