Para entender este mundo...
1. A VECES HAY COSAS QUE A
LOS
HOMBRES DE NUESTRO TIEMPO LES CUESTA MUCHO ENTENDER... Por
poco que
nos pongamos a leer lo que nos dicen los periódicos,
rápidamente vamos
a concluir que los hombres de nuestro tiempo parecen padecer un
irremediable embotamiento de sus mentes, que les impide entender las
cosas más simples y sustanciales...
Cabe preguntarse si el
asesinato
del único que no puede opinar (todavía) sobre
este asunto, el hijo que
lleva esta madre en su seno, es el único y el mejor
método o medicina
para tratar estas enfermedades de la madre. De hecho, un reconocido y
especializado Hospital universitario dirigió por escrito al
Hospital
donde la señora había sido atendida, para
ofrecerle todos los
servicios, incluido un nuevo diagnóstico y los tratamientos
necesarios,
para intentar otra solución, que contemplara la posibilidad
de intentar
salvar la vida de ambos, madre e hijo. Pero algo tan simple y urgente
como el valor de la vida, parece difícil de entender a
muchos hombres
de nuestro tiempo, al punto que se caiga en la contradicción
de pensar
que el asesinato es la solución a algunos problemas de la
vida)...
rigen
de una nueva vida, ya que
éste reclama la heterosexualidad, además del amor
y la responsabilidad,
pueda equipararse a la que precede a toda otra comunidad humana, ya que
es la base y el origen de todas ellas, como es la unión
perdurable de
un hombre y una mujer, con la finalidad de constituir una
comunión de
toda la vida, ordenada por su propia índole natural al bien
de los
cónyuges y a la generación y educación
de la prole? Evidentemente se
tiene que haber perdido mucho la capacidad de captar el sentido de las
cosas, para llegar a semejante confusión, como para llamar a
esa unión
pretendida "matrimonio"...
2. LOS HUMILDES Y
PEQUEÑOS
PUEDEN ENTENDER ESTE MUNDO, Y CAMBIARLO CON
SU AMOR... Para entender este mundo, lo que hace falta es acceder a la
sabiduría de Dios, de cuyas manos proviene. Y Dios revela su
sabiduría
no a los "sabioas y prudentes" según los criterios de este
mundo, sino
a los humildes y pequeños. Si quisiéramos
corroborarlo, nos sobrarían
los ejemplos, que cada uno de nosotros, de una u otra manera,
seguramente hemos podido comprobar más de una vez. Las
pequeñas cosas,
que provienen del amor, son las que se hacen firmes y consistentes, y
tienen todas su raíz en la sabiduría de Dios. Y
con un amor
perseverante, que se alimenta de Dios, no sólo se comprenden
sino que
también se transforman todas las cosas,
haciéndolas a la medida de
Dios...
Todos
conocemos personas que con sus vidas
nos han mostrado, de una manera convincente y entusiasmante, que el
amor, que nace desde la sencillez del corazón, puede hacer
grandes
cosas. La Beata
Teresa de Calcuta les decía, hace ya muchos
años, a las madres que
se disponían a asesinar a sus hijos a través del
aborto, que se
ahorraran semejante dolor. Les pedía nada más que
la paciencia de
darlos a luz y que, después, si no podían o no
querían hacerse cargo de
ellos, se los dieran, que ella junto con las Hermanitas de su
Congregación, se dedicaría a cuidar de ellos,
para que pudieran
desarrollar el don de la vida que recibían de Dios. Es
curiosa la
perseverancia del amor...
La Beata
Teresa de
Calcuta dedicó todos sus esfuerzos y los de su
Congregación a
atender a los moribundos, a los niños abandonados, a los
más pobres
entre los pobres. Y en ese amor dedicado y perseverante
confluían los
esfuerzos por la atención de los que no llegaban a nacer, y
los que se
morían abandonados por las calles de Calcuta.
Podríamos decir que ella,
sabiéndose pequeña, se dedicaba a atender a los
pequeños, en los que
veía el rostro de Dios...
3. EL YUGO ES SUAVE Y LA
CARGA
LIVIANA, SI SE LLEVA LA DE JESÚS, Y CON JESÚS...
El yugo es un
instrumento que presta un servicio impresionante, de una manera muy
simple. Hace que los que se unen con él tiren para el mismo
lado y
sumen sus fuerzas (a propósito, ¿no es luminoso
pensar que a los que
constituyen un matrimonio los llamamos cónyuges precisamente
porque
unen sus fuerzas, que son distintas y propias cada una de su propia
naturaleza y virtud personal, sumándolas para realizar algo
que de otra
manera, cada uno por su lado, no podrían lograr, como es la
felicidad
eterna a través de la donación mutua?). Por eso,
la invitación de Jesús
es a compartir su yugo y su carga...
Tengamos en cuenta, cuando
recibimos esta invitación de Jesús para que
llevemos con Él su carga,
que Él ya la llevó desde la Cruz a la
Resurrección. Se trata de una
carga, entonces, desde donde surge la vida eterna para todos los
hombres que quieran recibirla. Si llevamos con Jesús su yugo
suave y su
carga liviana, estaremos tirando para el mismo lado que Dios, y sumando
con Él nuestras fuerzas. ¿Qué mejor
garantía podemos pedir de llegar a
la meta?