1. LAS
NOCHES DE LUNA LLENA
TIENEN SIEMPRE UNA FASCINACIÓN ESPECIAL...
Se suceden cada 29 o 30 días (dejo de lado las precisiones
técnicas,
que aquí no interesan). Y es posible que, especialmente si
estamos de vacaciones, las esperemos con ganas. Si llega a coincidir
con una noche sin nubes, la luna llena puede desplegar toda su magia,
todo su esplendor, como pasó aquí en Bariloche el
pasado martes 22 de
enero...
Tiene una
especial fascinación contemplar cómo en las
noches de luna llena,
cuando no está nublado, las tinieblas son derrotadas por la
luz del
sol, que se refleja
en la luna, enteramente volcada hacia nosotros como un gigante espejo.
Es la misma luz del sol, que no deja nunca de dirigirse hacia la
tierra, aunque
debido al giro de la tierra sobre su propio eje hace que cada
veinticuatro horas tengamos una noche, más o menos larga
según la época
del año, con la cual la luna llena parece enfrentarse en
singular
batalla...
2. JESÚS VINO PARA
ILUMINAR A
TODO HOMBRE QUE NO SE RESISTA A SU LUZ...
Es esa Luz que surge de su Amor, nacido en el Pesebre y probado hasta
la Cruz. Se puede decir muy
sencillamente en qué consiste la Luz que Jesús
nos ha traído. Él es
Dios, y es Hijo de Dios, y haciéndose Hombre nos ha hecho a
nosotros
mismos hijos de Dios por adopción, miembros de su familia.
Nos ha
ayudado a
reconocer que tenemos todos un mismo Padre, y somos miembros de una
familia, hermanos entre todos nosotros...
Se entiende, entonces,
que la Palabra de Dios, de la que San Pablo
se hace eco, nos llama a ponernos de
acuerdo, superando todas las divisiones, para vivir en perfecta
armonía, teniendo la misma manera de pensar y sentir: pensar
y sentir
como piensa y siente Jesús. Esto nos llevará a
pensar y sentir buscando
el lugar de todos y de cada uno en nuestra casa, en nuestra familia, en
nuestra ciudad, en nuestra patria, sin ningún tipo de
exclusión ni de excluidos. Pensar y sentir reservando los
mejores
pensamientos, intenciones y acciones en favor de los más
pequeños y más
urgidos. Pensar y sentir buscando cada uno a qué puede
renunciar hoy,
en favor del bien de todos, que se llama bien común (este
bien requiere
que todos y cada uno renuncie a un bien propio, pero resulta mayor que
la suma de todos los bienes a los que cada uno
renunció). Pensar,
sentir y hacer lo que cada uno puede aportar a la hora de construir...
3. EL
REINO DE DIOS SE ACERCA A NOSOTROS SI,
CONVERTIDOS, NOS DEJAMOS
ILUMINAR POR JESÚS... Nadie puede pretender ser para
sí mismo y para
los demás la luz que despeje todas las tinieblas,
sólo Jesús es la Luz
que a todos ilumina, y quien despeja todas las tinieblas. Para vivir en
la luz, entonces, es necesario dejarse iluminar por Jesús.
Como la
luna, que no brilla por sí misma, sino que refleja la luz
del sol, así
nosotros, si queremos vivir en la luz, tenemos que dejarnos iluminar
por Jesús. Para ello bastará con tener en cuenta
la
exhortación que Jesús nos hace hoy a todos en el
Evangelio. Es
necesaria la conversión, el cambio de rumbo, de
dirección, para que
podamos vivir en serio el Evangelio...Volver al inicio de la predicación...
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