Un regalo de la Misericordia...
1. POR MÁS QUE
SE QUIERA, ESTA VIDA NO PUEDE DURAR PARA SIEMPRE... Hace hace seis
años y veintiocho días celebrábamos como hoy el Domingo de la Divina
Misericordia, nombre que Juan Pablo II puso al Domingo II de
Pascua. El día anterior había muerto, en las Vísperas de la Divina
Misericordia, nuestro querido Juan Pablo II. Yo decía ese día que
la vida que vivimos en esta tierra, por más que queramos que dure,
nunca puede ser "para siempre". Es más, teniendo delante los ojos
lo que habían sido los últimos años de Juan Pablo II, la súplica
más piadosa que podía hacerse en esos días a Dios era que se
acabara su calvario en la tierra, y le llegara el momento del
descanso en paz...
Y la Divina
Misericordia nos los regala ya hoy, a poco más de seis años de su
muerte, como Beato, para que sea nuestro modelo en el camino del
seguimiento de Jesús, y nuestro intercesor. Esta mañana nos decía
Benedicto XVI (su sucesor en la Cátedra de Pedro después de haber
sido su estrecho colaborador en su Pontificado), en la Misa en la
que lo beatificó que se había llegado a esa proclamación
fundamentalmente porque el Beato Juan Pablo II fue un hombre de fe
íntegra, un hombre que fue firme y fiel en su fe, gracias a la
cual este gran Papa fue quien fue y es lo que es para todos
nosotros. Gracias a la fe tuvo esa serenidad y esa integridad para
vivir en las circunstancias más adversas ese regalo que había
recibido de Dios...
2. UN HOMBRE DE
FE VIVIDA CON INTEGRIDAD, QUE LE ABRIÓ ÍNTEGRAMENTE LAS PUERTAS A
CRISTO... Fue un hombre, entregado del todo a Dios, en manos de
María. "Todo tuyo", decía en su lema episcopal, que fue también su
lema como Sumo Pontífice. "Todo tuyo" dice el nuevo Beato a María,
y en manos de María vivía para el Señor...
En
la predicación de la Misa decía esta mañana Benedicto XVI que el
nuevo permitió llegar a ese momento que se estaba viviendo en la
Plaza San Pedro, porque fundamentalmente era una hombre de fe.
Fiel, de una fe íntegra y vivida hasta el extremo...
Porque
fue un hombre de fe fiel, el Beato Juan Pablo II fue también
siempre un hombre de paz, que transmitía alegría. Seguramente es
el primer Beato que tanta gente pudo ver tantas veces, de manera
directa o a través de los medios de comunicación, y que después
de un tiempo tan breve como estos poco más de seis años es
regalado a toda la Iglesia como modelo e intercesor por su
beatificación...
3. EL BEATO JUAN
PABLO II NOS ENSEÑA A ABRILE LAS PUERTAS A CRISTO... Este Beato,
Juan Pablo II, que hoy nos regala la Iglesia, es un don de Dios.
Pero todo don de Dios es al mismo tiempo para todos los que lo
reciben, en este caso la Iglesia entera, una tarea...
Juan
Pablo II nos muestra un camino, y recorrerlo es esta tarea.
También nosotros, como él, estamos llamados a recorrer nuestro
tiempo como hombres y mujeres de fe...
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