Comienza la fiesta, no hay tiempo que perder...

Queridos amigos:
 
Aquí va mi predicación del 2 de Diciembre de 2001, Primer Domingo de Adviento. Me apoyé en las siguientes frases de las lecturas bíblicas de hoy:

1. LAS FIESTAS COMIENZAN YA DESDE EL MOMENTO MISMO EN QUE EMPEZAMOS A PREPARARLAS. Sobre todo cuando las preparamos junto con otros, como solemos hacerlo en las fiestas de familia.

 
Ahora empezamos a preparar la Navidad. Es una fiesta de familia. Festejamos porque Jesús vino. Vino niño y pobre. Fue bueno y trabajador. Con sus Palabras de Verdad y sus hechos de Amor, nos trajo la salvación, al precio de su propia vida, que entregó gustoso en la cruz, para salvar la nuestra, condenada al fracaso del dolor y de la muerte.
 
Reloj despertadorHay que estar prevenidos y despiertos, porque hay muchas cosas que nos distraen, y puede ser que no preparemos nada de esta fiesta y nos quedemos sin ella, o que nos quedemos en la cáscara, sin llegar al corazón de la misma (sería como preparar una torta, en la que nos quedamos en la crema, el chocolate o el dulce de leche de afuera, pero no preparamos el biscochuelo, que es el que sustenta todo lo demás, y el que alimenta). La cáscara aquí serían los adornos de la casa, las tarjetas de saludo, las comidas especiales, las despedidas de fin de año (huelo que este año van a ser menos...), los regalos...
 
2. Pero lo que hay que preparar es la venida de Jesús, porque "la salvación está ahora más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe" NOS PREPARAMOS PARA RECIBIR A JESÚS, QUE VINO EN UN PESEBRE, QUE VIENE CADA DÍA, Y QUE VENDRÁ EN EL ÚLTIMO DÍA de nuestra vida, a la hora de la verdad, en el momento final y decisivo, que no sabemos cuándo será.
 
Lo que celebramos nos marca cuáles son las cosas importantes, y las que no podemos olvidar a la hora de preparar la Navidad, para que sea una fiesta de Paz.
 
"No más peleas y envidias", dice San Pablo. Porque la paz no caerá sola del cielo. La paz requiere el esfuerzo de entendernos con nuestros parientes, vecinos, amigos, conciudadanos, enemigos, con los que nos visitan y con los que nos olvidan, con los que nos cuidan y con los que nos maltratan, con el mundo entero.
 
"Con sus  espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas" dice Isaías. Vale la pena recordar lo que dijo un presidente norteamericano, Eisenhower, en 1953, porque es de tremenda actualidad: "Cada pistola que se fabrica, cada barco de guerra que se bota, cada misil que se dispara significa, en último término, un robo a los que pasan hambre y no están alimentados, a los que tienen frío y no están vestidos". No podemos pensar que la violencia sea hoy la solución a los problemas del mundo, porque, al decir de Eisenhower, estaríamos aceptando que el mundo civilizado sea una cueva de ladrones.
 
El camino es el esfuerzo para entendernos, que en estos días podemos aplicar a parientes, vecinos, amigos y enemigos, buscando con oración, sacrificio, fe y alegría, preparar esta Navidad.
 
3. NO HAY TIEMPO QUE PERDER. HAY QUE ESTAR DESPIERTOS. JESÚS LLEGA ENSEGUIDA... Esta vez no podemos dejarlo sólo en un pesebre. Sabiendo que nos trae la salvación, nos toca prepararle un lugar donde pueda desplegar a sus anchas lo que tiene para darnos. Y el mejor lugar es nuestro corazón. Jesús llega en Navidad, en cada día, y al final, a la hora de la verdad. Hay que estar dispuestos a recibirlo siempre, y del mejor modo, para encontrar la paz...

Un abrazo y mis oraciones.
 
P. Alejandro W. Bunge
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