Tentaciones siempre habrá, pero se pueden vencer...

Queridos amigos:
 
Aquí va mi predicación del Domingo 17 de febrero de 2002, Primer Domingo de Cuaresma. Me apoyé en las siguientes frases de las lecturas bíblicas de la Misa del día:

 
1. TODOS CONOCEMOS LA TENTACIÓN: ES COMO UNA VOZ QUE NOS HABLA "DESDE AFUERA", Y NOS PROPONE UN CAMINO CORTO PARA ALCANZAR ALGO QUE APARECE COMO BUENO, PERO QUE NOS HACE MAL. Por ejemplo, cuando tenemos hambre, a los diabéticos nos propone comer alguna cosa dulce, que sabe bien pero nos hace mal, a los hipertensos les propone comer un buen plato de pastas con bastante sal, que también les hace mal, y a los gordos les propone un buen asado, con chorizo, chinchulines, morcilla y mucha grasa, que es una maravilla, pero les resulta fatal.
 
Las tentaciones que Jesús pasa en el desierto pueden resumirse en saciar el hambre, escaparle al dolor y tener poder sobre todos. Y las nuestras son siempre iguales a éstas, aunque en distintas proporciones. Miremos la forma que pueden tomar hoy en nuestra querida y zarandeada Argentina:
 
a) SACIAR EL HAMBRE hoy puede convertirse  en la tentación, a causa de la necesidad, de reducir nuestra vida a contar pesos o dólares, los que tenemos o los que nos faltan, los que guardamos o los que nos quitaron.
b) ESCAPAR AL DOLOR hoy puede ser la tentación de querer salir del lío en el que estamos sin sufrimientos y privaciones, sin sacrificios, poniendo nuestro bienestar por encima de cualquier otra consideración.
c) EL PODER hoy puede convertirse en la tentación de querer que todo se haga como nosotros queremos. Por ejemplo, podría ser la tentación de echar a los Jueces de la Corte Suprema a cacerola limpio, sin pensar en la justicia, y hacer lo mismo con los políticos, dibujando "a mano alzada", una línea recta de modo que los que queden de un lado sean los únicos malos y culpables, y del otro lado (donde seguramente quedamos nosotros y nuestros amigos) los buenos e inmaculados.
 
2. Pero no hay que caer en las tentaciones, porque no nos llevan a ningún lado. No hay que caer en ninguna, aunque sea difícil y nos dé trabajo. Jesús nos muestra el camino:
 
SE VENCE LA TENTACIÓN HACIENDO CASO A LA PALABRA DE DIOS...
 
a) Hoy, frente a la tentación de saciar el hambre a cualquier precio, y vivir obsesionados sólo por lo que se puede medir o adquirir con pesos o dólares, la Palabra de Dios nos dice que "no sólo de pan vive el hombre". También hoy, a pesar de las urgencias, hay tiempo para el amor. Es posible compartir alegrías y tristezas, esfuerzos y preocupaciones. También hoy es posible poner el corazón en cosas que no se compran y que no nos pueden robar. También hoy es posible que nos alimentemos sobre todo de Dios, y estemos dispuestos a compartir con los que tenemos cerca, recordando el milagro que logra el amor, y que se comprueba cada vez que la necesidad nos abre el corazón a nuestros hermanos: "cuando se comparte, sobra...".
b) Hoy, ante la tentación de querer salir de nuestra postración nacional sin dolor, la Palabra de Dios nos hace mirar la Cruz de Jesús, y aprender en ella que el amor crece y fructifica en el dolor. Esto nos enseña a no esperar milagros que nos ahorren el esfuerzo, sino a poner un esfuerzo capaz de hacer milagros, confiados en que "no hay mal que por bien no venga", como dice el refrán, o que "Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman", como nos dice la Palabra de Dios (Romanos 8, 28).
c) Hoy, ante la tentación de un poder que ponga orden y haga justicia a cualquier precio (de un plumazo), Jesús nos recuerda que hay que adorar sólo a Dios, poner sólo en Él nuestra confianza, sin adueñarnos de la vida de los demás.
 
3.  Es curioso. Jesús nos enseñó en el Padrenuestro a pedirle a Dios que nos libre de todo mal, pero no que le pidamos que nos libre de las tentaciones, sino sólo que no nos deje caer en ellas. Lo malo, entonces, no son las tentaciones, sino sucumbir a ellas. Las tentaciones son también las ocasiones en las que, de la mano de Jesús, nos acercamos más a Dios, siguiendo sólo su luz y su Estrella. SIEMPRE HABRÁ TENTACIONES, PERO DE LA MANO DE JESÚS PODREMOS VENCERLAS...

Un abrazo y mis oraciones.
 
P. Alejandro W. Bunge
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