Construir la familia y el país...

Queridos amigos:
 
Aquí va mi predicación del Domingo 30 de Diciembre de 2001, Solemnidad de la Sagrada Familia. Me apoyé en las siguientes frases de las lecturas bíblicas de hoy:

 
1. AL MOMENTO DE NACER SOMOS LA CRIATURA MÁS INDEFENSA... Necesitamos todo: que nos alimenten, que no cuiden, que nos den calor, que nos limpien. Si nos dejaran solos, moriríamos inmediatamente. Lo mismo le pasó a Jesús, que aún siendo Dios, al nacer niño se sometió a las necesidades de nuestra naturaleza humana.
 
(Quizás los argentinos nos sintamos hoy más o menos en esas condiciones de necesidad total: también estamos indefensos, acorralados, avasallados, despojados, sometidos, asaltados, frustrados, desprotegidos, ... añorando las condiciones mínimas que nos permitan subsistir).
 
2. Por eso, el nacimiento de Jesús tuvo su lugar apropiado en el seno de una familia. LA VIDA, DON DE DIOS, CRECE EN LA FAMILIA, IMAGEN DE DIOS... La vida de Jesús, dependió en su origen, de José y de María. Ambos, en primer lugar, aceptaron este don de Dios, y el llamado a cuidar de Él. Lo alimentaron, lo ayudaron a crecer, aunque esto les complicara mucho la vida, ya que les hizo cambiar muchas veces de planes: tuvieron que huir a Egipto, y volver de allí como repatriados.
 
El misterio de Dios tomó una dimensión tan familiar. En la familia de Jesús, María y José, hubo autoridad, decisión, obediencia, oración. José obedeció a Dios, y a él lo obedecieron Jesús y María. El Hijo de Dios creció humanamente en una familia, que fue imagen de Dios...
 
3. Esto nos muestra que el contexto humano para vivir es el de la familia. Las actitudes que hoy nos hacen falta, son las que se fraguan en la familia. Nosotros, como elegidos de Dios, piensa San Pablo (y la realidad nos lo pide a gritos), necesitamos revestirnos de sentimientos de profunda compasión. Las urgencias de hoy nos llevan a practicar no sólo el ejercicio del reclamo, sino también de la benevolencia, la humildad, la dulzura, la paciencia. Hoy se hace necesario que cada uno sirva de sostén, de apoyo, de soporte, al que tiene al lado. Eso significa "soportarse" los unos a los otros, en el sentido más noble y positivo: no sólo "aguantarse" al otro, sino sostenerlo. También nos hace falta, siguiendo a San Pablo, perdonarnos mutuamente siempre que alguien tenga motivo de queja contra otro. Nos hace falta encender un fuego que no se apague, capaz de dar "calores de dulce hogar" (decía Machado, en una poesía que algún día les recordaré). Y ese fuego, que es el amor, sólo se prende bien en la fragua de la familia.
 
Esto puede reclamar de nosotros en este momento mucho esfuerzo y trabajo. Pero no hay por qué achicarse o esquivarle el bulto: LA FAMILIA Y EL PAÍS SE CONSTRUYEN AL CALOR DEL HOGAR Y DEL TRABAJO...


Un abrazo y mis oraciones.
 
P. Alejandro W. Bunge
Consultas o comentarios, aquí:Correo



Predicaciones del P. Alejandro W. Bunge: