Llamados a ser santos y testigos...

Queridos amigos:
 
Aquí va mi predicación del 20 de Enero de 2002, Domingo II del Tiempo Ordinario. Me apoyé en las siguientes frases de las lecturas bíblicas de la Misa del día:

1. LOS OBISPOS DE ARGENTINA HAN ABIERTO LAS PUERTAS DE LA IGLESIA, PARA EL DIÁLOGO DE TODOS... Han invitado a los políticos, sindicalistas, empresarios y demás dirigentes, para que en su ámbito físico y espiritual puedan dialogar, y ponerse de acuerdo en los temas fundamentales de un país que "ha perdido el rumbo y necesita el sostén de la esperanza", para hacer posible una Argentina más justa: 1) la ética y la lucha contra la corrupción; 2) la reforma política (que achique sus gastos...); 3) la deuda social (con un pueblo que hace mucho aguanta muchas cosas...); 4) la deuda económica de un país casi fundido; 5) la reforma educativa, que permita mirar el futuro con esperanza.

 
Alguno puede pensar: "¿por qué se meten los Obispos en esto, si no les corresponde? ¿No corren el riesgo de equivocarse, y ensuciar a la Iglesia con toda la suciedad que pueden encontrarse en esos ámbitos? ¿Tienen algo que decirle a estas personas que invitan al diálogo? Uno de los Obispos encargados por la Conferencia Episcopal de guiar este diálogo respondió a estos interrogantes: "Se trata de brindar un espacio para que los distintos miembros de la sociedad, factores de poder, se puedan encontrar ante esta crisis terminal que sufre el país... ofrecemos el espacio espiritual y hasta físico, en algunos casos, para que las personas puedan encontrarse... Tenemos una doctrina social que nos puede ayudar a discernir, y la ofreceremos allí. Seremos testigos de la lealtad o deslealtad de los actores, y eso servirá para que la sociedad se entere”.
 
2. Pero además, lo que han hecho es simplemente ser fieles a su misión. FIELES A SU MISIÓN, LOS OBISPOS, COMO SAN JUAN EL BAUTISTA, SON TESTIGOS DE JESÚS. San Juan el Bautista se dio cuenta que Jesús es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo, y lo anunció. Los Obispos también saben que Jesús es el Cordero de Dios que puede quitar el pecado de la política (de los políticos), de los sindicatos (de los sindicalistas), de las empresas (de los empresarios), de todos los hombres, también de nosotros, y del resto de los argentinos. Ellos lo han experimentado, y tienen la misión de anunciarlo.
 
Hoy, como en tiempos de Jesús, hay quienes no conocen a Jesús, o no lo tienen en cuenta, cuando ponen el corralito que quita a los depositantes el acceso a sus ahorros, o cuando encierran a otros en la falta de trabajo, de salida, de esperanza. Todos sabemos que no se puede robar ni matar en el nombre de Dios. Pero algunos lo hacen... Sin Dios es difícil que se respete a los demás, porque es difícil estar dispuestos a reconocer a los demás como hermanos, sin conocer al Padre de todos.
 
3. El testimonio de Juan el Bautista saca a Jesús del anonimato. Hoy también Jesús necesita del testimonio de los Obispos, y del nuestro, para ser reconocido. Los Obispos argentinos han tomado ahora la iniciativa de ser testigos de Jesús en el ámbito del poder, en el que se conversan los grandes temas, que tienen enormes consecuencias para todos. Nosotros también estamos llamados a ser testigos de Jesús en nuestra vida cotidiana: en el estudio, en el trabajo, haciendo las compras, descansando, podemos encontrarnos con la salvación que Jesús nos trae, y experimentar la misericordia del Cordero de Dios. Y si lo experimentamos, también estamos llamados a proclamarlo. Hemos sido LLAMADOS A SER SANTOS Y TESTIGOS: PARA ENCONTRAR EN JESÚS LA SALVACIÓN, Y DECIRLO...


Un abrazo y mis oraciones.
 
P. Alejandro W. Bunge
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