1. EL AGUA ES PODEROSA Y VITAL, PERO NO PUEDE
HACERLO TODO... En este enero de 2006 por todos lados se ve en
Bariloche mucha más agua que la habitual. Ha nevado mucho en el
invierno y lo ha hecho hasta avanzada la primavera, así que todavía hay
mucha nieve en las montañas, y los arroyos, ríos y cascadas tienen un
caudal mucho mayor al habitual, y los lagos están muy por encima de su
nivel corriente a esta altura del año. Lo hemos podido experimentar en
las caminatas hechas por la montaña. Cuando se ven estos enormes
desplazamientos de agua, se toma conciencia de su poder. Cuando el agua
en grandes volúmenes, barre con todo lo que se encuentra por el camino.
De esta manera y muchas de otras, sobretodo en las inundaciones o en
los maremotos y otra cantidad de fenómenos, el agua nos muestra su
poder. Sin embargo, no lo puede todo. Todas estas cosas suceden en la
tierra desde hace una enorme cantidad de años, y aunque el agua ha
destruido ciudades o poblaciones enteras, los continentes siguen en su
lugar, las montañas no han sufrido grandes desplazamientos y los
océanos están donde estaban hace ya tiempo...
Pero además el agua es vital.
Cuando los norteamericanos aterrizaron en la luna, entre las cosas más
importantes que realizaron fue verificar si era posible encontrar allí
agua. Como no la encontraron, dejó de ser un lugar de interés (a pesar
de que ahora vuelva a hablarse de expediciones a la luna). Los
científicos, apoyados o impulsados por la gran potencia, también
intentan conocer algo más sobre el planeta Marte. El mayor interés es
saber si allí hay agua, porque sería el signo de la posibilidad de la
vida. Hasta nuestra empobrecida América del Sur tiene algún secreto
valor estratégico que los poderosos no dejan de mirar, ya que se la
considera una muy importante reserva de agua para nuestro planeta...
2. JESÚS SE BAUTIZÓ EN EL JORDÁN, PARA QUE EL
AGUA PUEDA HACERNOS RENACER... Jesús, siendo el Hijo de Dios, estaba
unido al Padre desde toda la eternidad. Pero se hizo hombre para
participar de nuestra condición humana, y de esa manera hacernos
participar de su condición divina...
El Bautismo hace posible que
nuestra vida no tenga fin. Nos hace vivir en la fe y de la fe, y abre
nuestra vida a un destino de eternidad. Por eso nos dice hoy San Juan
en la Carta que hemos leído que el que cree en Jesús ha nacido de Dios,
y que la victoria que triunfa sobre un mundo que sin Dios tiende a la
destrucción es precisamente nuestra fe, que recibimos en el Bautismo.
Jesús nos salvó de la destrucción haciéndonos renacer por el Bautismo y
renovándonos por el Espíritu Santo, haciéndonos herederos, como hijos
suyos, de lo que pertenece sólo a Dios, la Vida eterna...
3. DIOS NOS OFRECE GRATUITAMENTE SU AMOR, Y
ESPERA LA RESPUESTA DE NUESTRO AMOR... Si estamos sedientos, nos decía
ya el profeta Isaías, acerquémonos a beber el agua que Dios nos quiere
dar. Si no tenemos dinero, acerquémonos igual, que nada nos va a
faltar. Dios nos ofrece su Espíritu, que aletea sobe nosotros desde las
aguas del Bautismo, y con Él nos llena de su Amor. Este Espíritu de
Dios que nos alimenta con su Amor nos ayuda a ser fieles a Jesús,
escuchando su Palabra y guiándonos por ella, para vivir como hijos de
Dios, y unirnos plenamente a Él cuando llegue el final de esta etapa
terrena de nuestra vida, que no es, sin embargo, la etapa final, sino
sólo un tiempo provisorio. Porque por el Bautismo, nuestra vida tiene
un destino de eternidad...Volver al inicio de la predicación...