La Aurora nos deja ver la luz...

Queridos amigos: 

Esta fue mi predicación de hoy, 8 de diciembre de 2005, Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, en el Hogar Marín, basándome en las lecturas bíblicas de la Misa del día:

Amanecer1. ANTES QUE SALGA EL SOL, LA AURORA YA NOS DEJA VER LOS RAYOS DE SU LUZ... En este tiempo hay muchos que parecen preferir la noche al día. Y me refiero no sólo a los que pasan más tiempo despiertos durante la noche que durante el día, sino también a los que, por lo que hacen, parece que prefieren moverse "en las tinieblas", ya que no lo pasarían muy bien si lo que hacen estuviera a la vista de todos, "a la luz"...

Sin embargo, todos nosotros estamos hechos para la luz, que nos llega de una manera tan contundente a través del sol. Por eso, creo yo, son tan atractivas las primeras horas de la mañana, en las que la aurora, antes aún de la salida del sol, nos deja ver los primeros rayos de su luz. Ese anticipo parece darnos la tranquilidad de que, aunque haya sido larga la noche, finamente vence el día y resplandece nuevamente la luz. Aplicando esto de manera simbólica a la vida cotidiana, podemos decir que, cuanto más oscuro se hace el camino de la vida, tanto más añoramos una luz que brille con claridad...
 
Todos sabemos que Jesús es la Luz resplandeciente que necesitamos para acertar en el camino de la vida que puede llevarnos a Dios. En este tiempo de Adviento estamos preparándonos una vez más para recibirlo a Jesús en la Navidad como la Luz que disipa todas las tinieblas. Pero Jesús, Dios hecho hombre, que quiso nacer, vivir, morir y resucitar entre nosotros para salvarnos, siendo la Luz plena, quiso anticipar su presencia con una Aurora que nos anticipaba el Sol naciente. Por eso quiso nacer de mujer y, siendo Dios, eligió desde toda la eternidad a María para que fuera su Madre, preservándola de las huellas que en todos nosotros ha dejado pecado original, llamado así por ser el pecado que cometieron los primeros hombres en el origen (de esto nos habla la primera lectura bíblica de hoy)...
 
Inmaculada2. MARÍA FUE INMACULADA DESDE EL PRIMER INSTANTE DE SU CONCEPCIÓN... Quiere decir que María, porque así lo quiso y así lo hizo Dios, fue preservada de la huella del pecado original, y nacida sin pecado, de tal modo respondió siempre y en todo con fidelidad a Dios, que conservó para siempre su integridad. Aunque desde siempre esto formó parte de nuestra fe, y ya los Santos Padres en los primeros siglos de la Iglesia se referían de una manera u otra a este misterio, fue el 8 de diciembre de 1854, hace hoy 151 años, cuando el Papa Pío IX proclamó de manera solemne y definitiva el Dogma de la Inmaculada Concepción, afirmando: "La bienaventurada Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de pecado original en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano"....
 
Las Hermanitas de los Pobres, en todo el mundo, eligen esta fecha para renovar la consagración que de un día para siempre hicieron a Dios, porque María les sirve de modelo y les muestra el camino para ser fieles a Dios. En realidad, tanto para ellas como para cada uno de nosotros nuestra principal consagración comenzó el día de nuestro Bautismo, porque ese día fuimos tomados por el mismo Dios para hacernos sagrados, constituyéndonos en sus hijos. Es esa misma consagración bautismal la que las Hermanitas profundizan de una manera radical a través de su consagración en la vida religiosa, llevándola hasta sus últimas consecuencias. Por esa razón, también para todos nosotros el especial camino de consagración que ellas han elegido se convierte en un testimonio y un ejemplo vivo que nos ayuda a vivir nuestra propia vocación bautismal, que es para todos una vocación a la santidad...
 
En primer lugar, ellas eligieron de una vez para siempre, y hoy renuevan de manera solemne, el voto de pobreza, y con eso nos muestran que nada hay para ellas que pueda estar por encima de Dios; con su voto de pobreza las Hermanitas nos muestran que por Dios vale la pena dejarlo todo, y quien así lo hace en Dios lo encuentra todo. Ellas eligieron también de una vez para siempre, y hoy renuevan de manera solemne, el voto de castidad, con lo que nos muestran que se entregan del todo y enteramente sólo a Dios, y que por esta razón sólo a Dios le pertenecen; así nos ayudan a comprender que para cada uno de nosotros sólo Dios es Dios. Ellas eligieron además de una vez para siempre, y hoy renuevan de manera solemne, el voto obediencia; esto les ayuda a poner remedio a la soberbia, que tantas veces puede llevarnos a creer que siempre tenemos razón; por el voto de obediencia las Hermanitas se deciden a obedecer sólo a Dios, aceptando que Él se les manifiesta también a través de la autoridad de sus Superioras, y no ayudan así a comprender el sentido de la autoridad, que sólo es legítima cuando tiene su fundamento en Dios; eligiendo la obediencia, las Hermanitas nos ayudan a que nosotros mismos estemos siempre dispuestos a obedecer siempre y en todo a Dios. Ellas eligieron finalmente, y hoy renuevan también de manera solemne, el voto propio y característico de su Congregación, el voto de hospitalidad. Y en esto , como en todos sus votos, también aprenden de María, que aceptando el anuncio del Ángel, engendró a Jesús en su seno porque primero le había abierto su corazón, y lo había hospedado allí (así nos lo dice San Agustín). Las Hermanitas, siguiendo la inspiración de su fundadora, quieren recibirlo a Jesús que se acerca a ellas en los ancianos pobres, a quienes acogen como residentes en sus Hogares, y en todos los que se acercan en sus Casas, y por eso renuevan este voto de hospitalidad, decididas a recibirlo siempre y de la mejor manera en su corazones y en sus Casas a estos enviados de Dios; así nos recuerdan cómo todos nosotros tenemos la oportunidad de acoger a Dios que viene a nosotros a través de cada hermano que espera de nosotros un gesto de amor...
 
Hermanitas de los Pobres3. ELEGIDOS POR DIOS, SÓLO FALTA LA RESPUESTA COTIDIANA DE NUESTRO AMOR... María fue Inmaculada desde el primer instante de su concepción. Sin embargo, su fidelidad no estuvo garantizada de manera automática. Tampoco, entonces, puede estarlo en ninguno de nosotros, ni en ninguna de las Hermanitas de los Pobres que hoy renuevan su consagración. María tuvo que responder con fidelidad cada día al don de Dios con el que había sido especialmente bendecida, y lo hizo con integridad y plenitud. También nosotros, como las Hermanitas, tenemos que renovar cada día la fidelidad al don que hemos recibido. Por eso, aunque ellas han hecho estos votos de una vez para siempre, en este día vuelven a confirmar de manera solemne lo que eligieron de una vez para siempre, así como también necesitan hacerlo cada día en el silencio de la oración, para vivir con fidelidad su consagración a Dios. De la misma manera, nosotros, que un día fuimos hechos "para Dios" en nuestro Bautismo, y por eso fuimos consagrados, tenemos la oportunidad y la necesidad de renovar cada día esta consagración, para que con nuestra respuesta cotidiana de amor alcancemos la meta para la que Dios nos ha hecho, y que María Inmaculada nos muestra con plenitud desde el Cielo...
 
Estas dos Hermanitas africanas, que conocí en septiembre de 2001 en la Casa Madre de las Hermanitas en Francia, hoy estarán como nuestras queridas Hermanitas de nuestra Casa, renovando su consagración. Y con ellas, también cada uno de nosotros podemos darnos cuenta que hemos sido elegidos, como ellas, y como María, por el amor de Dios. Sólo falta cada día, con perseverancia, nuestra respuesta, también una respuesta de amor...


Lecturas bíblicas de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción:

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Predicaciones del P. Alejandro W. Bunge:
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