1. NOS HACE BIEN LA FIESTA Y LA
ALEGRÍA, PERO HAY QUE VIVIRLAS CON LOS PIES EN LA TIERRA... Necesitamos
la fiesta, porque es parte de la vida, y por eso la celebramos, cada
vez que es posible, con la mayor alegría. Y a lo largo del año vamos
buscando las ocasiones que nos permiten hacer fiesta (cumpleaños,
aniversarios, etc.), celebrando siempre de algún modo este don que los
incluye todos y que recibimos de Dios, que es el don de la vida...
Sin embargo, aunque nos haga
falta y nos haga bien celebrar y hacer fiesta con cada motivo que se
nos presenta a lo largo de la vida, también es necesario tener en
cuenta que no todo es fiesta, ya que no tenemos garantizada, ni nos
puede durar para siempre, por nuestra propia decisión y con nuestras
solas fuerzas, ese gran regalo de Dios que es la vida...
2. CELEBRAMOS A JESÚS CON RAMOS, SIN OLVIDAR
QUE SU CAMINO ES LA PASIÓN... Comenzamos la Semana Santa con un clima
triunfal. Imitamos a la multitud que recibió a Jesús cuando entraba en
Jerusalén para vivir la Semana de la Pasión. Una vez bendecidos los
Ramos, los agitamos acompañando la entrada del sacerdote en el templo,
como lo hacían ante la entrada de Jesús en la Ciudad Santa, para
recibirlo como a un Mesías que traería la salvación esperada por siglos
enteros (hay que tener en cuenta que Jerusalén estaba rodeada por una
zona desértica, en que los Ramos eran algo valioso, con lo que se
expresaba verdaderamente algo singular; si Jesús hubiera entrado en ese
momento en un estadio de fútbol, seguramente la multitud hubiera
elegido celebrarlo agitando los banderines que se venden en sus
cercanías)...
Pero no nos quedamos en la
alegría de los Ramos. Continuamos con la lectura de la Pasión, en la
que se nos hace evidente que Jesús, sin perder la calma pero sin
escaparle al camino que nos lleva a la salvación, aún a costa del
propio dolor y la propia vida, afronta con entereza la incomprensión de
los hombres, que lo llevará a la Cruz. Nunca podemos olvidar que éste
fue el camino de Jesús que nos llevó a la salvación, y que siempre será
el camino de la Iglesia, por la que la salvación nos llega cada día.
Hoy, cuando la Iglesia en la Argentina tiene que sufrir la
incomprensión y algún modo de persecución (lejos todavía, gracias a
Dios, de la persecución que sufrieron los primeros cristianos), nos
ayuda especialmente tener presente que a la fiesta de los Ramos sigue
el camino de la Pasión...
Podríamos centrar nuestra
mirada en la Pasión de Jesús encontrando en nuestras culpas
personales y en las de todos los hombres de todos los tiempos el
motivo de tanto sufrimiento. Pero todas las culpas que pongamos en la
lista no alcanzarían para que pudiéramos comprender esta Pasión.
También podríamos mirar la Pasión como el paradigma del sufrimiento,
como un resumen de todos los sufrimientos de la humanidad, que
sólo puede asumir sobre sus espaldas alguien que sea más que hombre,
alguien que sea Dios, como Jesús, dispuesto a sufrir sin medida para
alcanzar nuestra salvación. Pero tampoco este modo de mirar la Pasión
de Jesús nos serviría para comprenderla del todo. Podríamos mirar la
Pasión como el mayor acto de heroísmo que alguien puede hacer,
el ejemplo supremo de alguien que está dispuesto a todo para alcanzar
un resultado, en este caso nuestra salvación, por la que Jesús da su
vida en la Cruz. Pero tampoco esto alcanzaría para tener una visión
adecuada de la Pasión de Jesús...
3. HAY QUE RECIBIR EL AMOR DE DIOS, QUE
TRIUNFA EN LA CRUZ PARA DARNOS LA VIDA... Cada año celebramos la Semana
Santa para que la Vida de Dios, que surge de la Resurrección de Jesús,
y que ya hemos recibido en el Bautismo, pueda renovarse y crecer en
nosotros, para que nosotros mismos podamos llegar a la Resurrección...Volver al inicio de la predicación...