1. HAY QUIENES QUIEREN
OCUPAR SIEMPRE EL PRIMER LUGAR... Esto se ve con claridad habitualmente
en los que se dedican a la política (aunque ciertamente no sólo en
ellos). Así fue con el coronel Perón, que comenzó a ocupar puestos de
importancia durante el gobierno militar del año 1943 en Argentina, que
después llegó a ser General, y ya convertido en político, fue tres
veces elegido presidente de la República. En la marcha que cantaban sus
seguidores llegaban a llamarlo "el primer trabajador"...
Es conocida la lucha
encarnizada que siempre se ha experimentado dentro del movimiento al
que dio origen, el peronismo, cuando se trata de ocupar los primeros
lugares. Incluso la semana pasada, cuando se realizó el traslado de los
restos de Perón a la quinta San Vicente, la casa de campo en la que le
gustaba descansar, se produjo un enfrentamiento a palos y con tiros
entre los que querían ocupar un "primer lugar". Tal fue el desorden por
esa batalla, que según la opinión de un comentarista político ni
siquiera se sabe hoy si finalmente los restos de Perón están en el
Mausoleo donde se supone que los han dejado...
Esta
misma trampa envuelve a quienes han sucedido a Perón en la cúspide su
movimiento y se han visto, por lo tanto, combatiendo en el centro de la
lucha por el poder. Si sólo vale el primer lugar, se hará cualquier
cosa para llegar a él, y se pretenderá también quedar allí para
siempre, a cualquier precio, más allá de lo humanamente razonable. Hoy
se lo hará sosteniendo una bandera, y mañana se tratará de conseguirlo
levantando otra totalmente distinta. Esas banderas tendrán en común
sólo su condición de instrumentos para mantener el primer lugar en la
estructura del poder...
2. LA ÚNICA MANERA DE
SER GRANDES ES SERVIR A LOS DEMÁS... Hasta los Apóstoles tuvieron la
tentación de crecer para obtener el lugar de los "más grandes" tomando
atajos, en vez de asumir el único camino posible, el que nos propone
Jesús. Dos de ellos, Santiago y Juan, el primero y el último en dar la
vida por Jesús en el martirio, reclamaron a Jesús sentarse en los
lugares de preferencia. Y la respuesta de Jesús fue contundente: "el
que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera
ser el primero, que se haga servidor de todos"...
Hace poco más tres
años, el 19 de octubre de 2003, el Papa Juan Pablo II beatificaba a la
Madre Teresa de Calcuta. Nos mostraba de ese modo, con un ejemplo
presente en el corazón de todos, el contenido de esta frase de Jesús.
Lo hacía no sólo con palabras, sino también, quizás de una manera mucho
más convincente, con los hechos de su vida. Es emocionante leer lo que
el Juan Pablo II dijo en la Homilía
de la Misa de la beatificación, contando su propia experiencia en
su conocimiento y en sus conversaciones con la Beata Teresa: "Con
particular emoción recordamos hoy a la Madre Teresa, una gran servidora
de los pobres, de la Iglesia y del mundo entero. Su vida es un
testimonio de la dignidad y del privilegio del servicio humilde. Eligió
ser no sólo la última, sino la sierva de los últimos. Como una
verdadera madre de los pobres, se inclinó a los que sufrían diferentes
formas de pobreza. Su grandeza reside en su capacidad de dar sin
importar el coste, dar “hasta que duela”. Su vida fue una vida radical
y una valiente proclamación del Evangelio"...
Gracias a Dios, la
Beata Teresa de Calcuta es un don para la Iglesia, y no pueden
apropiarse de ella los medios de comunicación, porque su camino no
consistió en buscar pantallas y primeras planas, sino el del servicio y
el silencio. Tres años después de su beatificación, ya no es tapa de
los medios, pero sigue siendo para nosotros un ejemplo y una
intercesora. Con razón Juan Pablo II la llamaba "Madre", no sólo porque
fundó toda una familia religiosa (se suele llamar "Madre" a las que lo
hacen). Si la maternidad expresa acabadamente lo que significa ser
mujer, podemos entender que la Beata Teresa, sin dar a luz ningún hijo
desde su vientre, fue verdaderamente Madre, ya que, como decía Juan
Pablo II en aquella ocasión: "en total donación de sí misma a Dios y al
prójimo, la Madre Teresa halló su gran realización y vivió las más
nobles cualidades de su feminidad. Quiso ser un signo “del amor de
Dios, de la presencia de Dios, de la compasión de Dios” y así recordó a
todos el valor y la dignidad de cada hijo de Dios, “creado para amar y
ser amado”. Así hizo la Madre Teresa, “llevando las almas a Dios y Dios
a las almas” y saciando la sed de Cristo, especialmente en aquellos más
necesitados, aquellos cuya visión de Dios había quedado oscurecida por
el sufrimiento y el dolor". De esa manera nos mostró la única carrera
que vale la pena correr...
3. SI QUEREMOS LOS PRIMEROS PUESTOS TENEMOS
QUE SERVIR SIN LÍMITES... Todos queremos siempre crecer, ir para
adelante, alcanzar los mejores puestos. Es un impulso que nos viene
desde adentro, dada nuestra condición humana...
Incluso
cuando, tarde o temprano, pronto o dentro de mucho tiempo, nos pueda
empezar a parecer que ya no nos queda mucho tiempo en este mundo,
sentiremos este impulso, que nos llevará en ese caso a aspirar de una
manera más consciente y anhelante al Cielo, y en todo caso, si nos
animamos a mucho, querremos tener allí un lugar de privilegio, como
hicieron los Apóstoles, o al menos un buen lugar. Pues bien, el camino
es claro: "el que quiera ser el primero, que se haga servidor de
todos"...
Algunos
ejemplos nos muestran especialmente lo que Jesús nos enseñó. La Beata
Teresa de Calcuta lo hace con toda una vida dedicada al servicio de los
más pequeños y abandonados. La Beata Juana Jugan nos lo puso ante
nuestros ojos y nuestro corazón dedicándose por entero, junto con la
Congregación de las Hermanitas de los Pobres que ella fundó, a servir a
Jesús en el rostro de los ancianos pobres que recibían en los Hogares
que fueron fundando por el mundo entero. Y el mismo Juan Pablo II, que
beatificó a ambas, nos dejó el testimonio de su propia vida, entregada
sin límites al servicio al que Dios lo llamó a ser, con el título con
el que desde muy antiguo se llamaron los Papas, "siervo de los siervos
de Dios"...Volver al inicio de la predicación...