1. ES MÁS
FÁCIL EMPRENDER LA
MARCHA CUANDO SE VE CON CLARIDAD LA
META... Es lo que nos pasa, por ejemplo, si necesitamos hacer un
régimen de comidas. Si nos sube la presión, el médico querrá que
comamos sin sal (si nos suben los kilos, que comamos sin grasas, y si
nos sube la glucemia, que comamos sin azúcares y con pocos hidratos de
carbono). ¿De dónde sacaremos fuerza para hacerle caso, al precio del
esfuerzo
emprendido, si no nos
convencemos de las ventajas que tendremos alcanzando la meta de una
mejor salud? Lo mismo pasa con
cualquier tratamiento médico. Para dejar de fumar hay que
convencerse de las ventajas que tendremos, con los pulmones
más
limpios, al alcanzar la meta a la que nos lleva esa decisión...
A los
deportistas les sucede lo
mismo. No necesariamente triunfan y
alcanzan los mejores éxitos los que tienen más capacidad natural para
el deporte que emprenden, sino los que, con la atención fija en las
metas que se proponen alcanzar, ponen más empeño para desarrollar
sus
capacidades al máximo. El deporte reclama no sólo capacidad naturales,
sino también esfuerzo y entrenamiento continuo (un periodista le decía
una vez a Roberto De Vicenzo, destacado golfista argentino, que ese
deporte requería suerte, y él había tenido mucha; a lo cual el golfista
respondió, con sabiduría, que era así, pero que casualmente él tenía
mejor suerte cuanto más horas se pasaba pegándole a la pelota en los
entrenamientos)...
También vale esto para
los
jóvenes que emprenden una carrera
profesional. Si tienen clara la meta que quieren alcanzar, podrán poner
todos los medios y todos los esfuerzos que los mantendrán en el camino
y les permitirán llegar a lo que buscan. Y en realidad, lo mismo nos
sucede a todos nosotros con la vida. También en este caso se trata de
un camino que lleva a una meta. Y es más fácil recorrerlo, si vemos con
claridad y estamos
convencidos de la meta detrás de la cual vamos durante todo el
recorrido...
2. JESÚS TRANSFIGURADO
NOS MUESTRA LA META,
PARA QUE NOS
ANIMEMOS A ASUMIR LA CRUZ... Eso hace con los Apóstoles Pedro Santiago
y Juan, inmediatamente después de haberles anunciado que su camino
pasaría por la Cruz. Y para animarlos, aparece ante ellos
transfigurado, con el rostro resplandeciente como el sol y las
vestiduras blancas como la luz, mostrándoles anticipadamente el final
que alcanzaría con la resurrección. Nosotros también estamos hechos
para la gloria y para la resurrección. A su lado, están Moisés y Elías,
que representan la Ley y los Profetas, es decir, toda la Palabra de
Dios. Y Dios Padre nos dice, refiriéndose a Jesús con autoridad y con
asistencia: «¡Escúchenlo!»...
Esa Palabra de Dios nos
dice que, al ponernos
en marcha, tenemos que dejarlo todo. No se puede cargar nada de lo que
juntamos o acumulamos. Por la "aduana" de destino sólo puede pasar lo
que hayamos dado. Toda la Palabra de Dios es una Palabra de Amor que
nos exhorta a comprender que no hay otro camino que no sea el amor, la
generosidad, la solidaridad y la entrega. Ahora es el tiempo, entonces,
para dar, con generosidad. Y para saber cómo hacerlo, basta con mirar
alrededor, y hacer lo que necesita el que tenemos sentado al lado.
Así podemos asumir cada uno la tarea que nos toca....
Por ejemplo, aquí en
el Hogar Marín hemos visto en los últimos días partir a la Hermanita
María de Jesús hacia Medellín, después de haber pasado entre nosotros
sólo unos meses. También hemos visto llegar a la Hermanita Rosario, que
pasó sus últimos años sirviendo en el Hogar de las Hermanitas en
Neuquén. Y hemos visto partir hacia Neuquén a la Hermanita Mercedes,
que ha pasado los últimos doce años prestando su servicio a Jesús en
esta casa de San Isidro. En breve llegará a prestar sus servicios aquí
en San Isidro la Hermanita Ana, que viene de Francia. Ninguna de ellas
podría estar tan disponible para el servicio de Dios en la atención de
los ancianos residentes en las Casas de las Hermanitas que están por
todo el mundo, si no fuera porque llevan muy poco en su valija
(realmente muy poco, apenas un pequeño bolso), y porque tienen la
mirada fija en la meta. Del mismo
modo, todos nosotros tenemos por delante una tarea en la vida, y una
meta que alcanzar. Todas estas tareas las podremos
realizar bien con pequeños o grandes actos de amor, que nos hacen
avanzar en nuestro camino...
3. PARA
NO TROPEZAR EN LAS PIEDRAS DEL
CAMINO, HAY QUE MANTENER LA MIRADA EN LA META... El camino de la fe
tiene sus
piedras de
tropiezo. No sirve caminar con la mirada fija en el piso para no
tropezar, porque de esa manera es seguro que vamos a tropezaremos.
Mirar el piso puede
servir para no llevarse por delante los escalones y para no caerse en
los agujeros que a veces hay en las calles, pero no
sirve para el camino de la vida, para el cual hace falta tener siempre
a la vista la meta...
Hasta los
grandes santos
tuvieron sus momentos de oscuridad. Nos lo
cuentan Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz y Santa Teresita del
Niño Jesús, entre otros. ¿Cómo no nos va a pasar a nosotros, entonces,
que sintamos el cansancio, el desaliento, la tentación de pensar que no
alcanza el esfuerzo de la fe en el mundo descreído en el que nos toca
vivir? En esos momentos hay que buscarse el tiempo, por ejemplo a
través de
momentos dedicados especialmente a la oración, para recordar, con la
mirada dirigida hacia le
Cielo, que allí está nuestra meta. Así podremos recobrar el entusiasmo
que nos permita cargar con alegría la Cruz, en nuestra marcha hacia el
Cielo, a donde vamos...Volver al inicio de la predicación...