El camino y la meta...

Queridos amigos:
 
Esta fue mi predicación de hoy, Domingo de Pascua, 20 de abril de 2003. Me apoyé en las siguientes frases de las lecturas bíblicas de la Misa del día:

 
1. COMO LAS FLORES BUSCAN EL SOL, NOSOTROS BUSACAMOS LA FELICIDAD... Desde que nacemos, "por mandato de Dios", que está marcado a fuego en nuestras entrañas (Él nos ha hecho así, capaces y deseosos de la felicidad), tendemos siempre hacia esa meta, que no podemos dejar de lado.
 
Lo hacen los futbolistas, cuando intentan ganar sus partidos, porque eso hace de una manera más o menos directa a su felicidad y a la de los hinchas de su equipo. Lo hacen también los políticos cuando se postulan en las elecciones, y buscan ganar, convencidos que lo necesitan para su propia felicidad y la de todos..
 
De todos modos, así como no fácil para las flores encontrar el sol en el otoño y en el invierno, tampoco para nosotros resulta fácil encontrar la felicidad, se nos interponen muchos obstáculos. A veces no nos alcanzan los mayores sufrimientos, los dolores de cada día, para alcanzarla. Aparecen amenazantes las frustraciones, y la muerte, que es la mayor de ellas... En resumen, las fuerzas humanas no nos alcanzan para alcanzar una meta celestial, a la que aspiramos, porque Dios ha sembrado en nosotros, en el Bautismo, semillas de eternidad...
 
De todos modos, no estamos atrapados por una meta imposible. Jesús resucitado es la respuesta de Dios a la muerte y el pecado, que pueden frustrar nuestro deseo de felicidad:
 
2. JESÚS NOS PREPARA UN LUGAR EN LA CASA DE SU PADRE, EL HOGAR DEFINITIVO... Esa es la meta a la que, por gracia de Dios, y porque Jesús hizo todo lo que hacía falta para ponerla a nuestro alcance, podemos aspirar...
 
Dios remueve la piedra que tapa el sepulcro, porque la muerte no puede con Él. También hoy nosotros, como María Magdalena y los Apóstoles, vemos las huellas de Jesús resucitado.
 
Además del sepulcro vacío, y las apariciones a los Apóstoles, de las que ellos nos dan un testimonio vivo y contundente, ya que lo vieron, lo tocaron, hablaron y comieron con Él, nosotros podemos verlo y tocarlo en la Eucaristía. Como nos dice el papa en la Encíclica que firmó y nos entregó el Jueves Santo, con la Eucaristía ya no tenemos que esperar el más allá para recibir la Vida eterna, la tenemos ya en la tierra como primicia o adelanto de la plenitud futura.
 
La Eucaristía, en cada Misa, nos da también la garantía de la resurrección corporal, ya que nos hace participar del cuerpo de Jesús en su estado glorioso, del resucitado (cf. Ecclesia de Eucharistia, n. 18; los que quieran tener la Encíclica del Papa, la pueden recibir suscribiéndose al servicio "Magisterio eclesial", a través del cual difundo la palabra del Obispo de San Isidro, Mons. Jorge Casaretto, y algunos pronunciamientos de la Conferencia Episcopal Argentina o del Santo Padre, enviando un correo a magisterioeclesial-subscribe@gruposyahoo.com.ar).
 
3. LA FELICIDAD VIENE DE DIOS, Y SÓLO SE ALCANZA POR LOS CAMINOS DE DIOS... Para nosotros, y para todos los demás, no hay otros caminos que lleven a la misma meta. No la alcanzarán los futbolistas sólo haciendo goles, ni los políticos de cualquier manera...
 
Para ellos y para nosotros, los caminos de Dios son los que pueden llevarnos a su meta, que Él ha hecho nuestra. Será, entonces, recorriendo las huellas que nos ha dejado Jesús, que se pasó la vida haciendo el bien, como nos recuerdan los Apóstoles, que podremos alcanzar lo que buscamos. Siguiendo sus huellas, que encontramos marcadas con claridad en su Palabra, aunque estemos rodeados por signos de muerte, marcharemos seguros hacia la Vida eterna...


Un abrazo y mis oraciones.
 
P. Alejandro W. Bunge
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