Siempre dispuestos, para lo que Dios quiera...

Queridos amigos:
 
Hoy, 2 de febrero de 2003, IV Domingo del Tiempo Ordinario, en el que se celebra la Fiesta de la Presentación de Jesús en el Templo, y junto con ello la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, tuve el gusto de celebrar la Misa con las Hermanitas de los Pobres de Roma y con la Madre Provincial en Italia, en la Casa que estas Hermanitas tienen en Piazza San Pietro in Vincoli 6, en la Ciudad Eterna. Me basé en estas frases de las lecturas bíblicas de hoy, y dije (aunque en italiano), más o menos lo que sigue:

 
1. HAY MOMENTOS EN LOS QUE NOS ENCONTRAMOS DISPUESTOS PARA TODO... Son los momentos de entusiasmo, cuando descubrimos una vocación a la que nos sentimos llamados con toda intensidad.
 
"Contigo, pan y cebolla", dice el refrán, hablándonos de la total disponibilidad que tiene el que está enamorado, para vivir de la manera más sencilla y pobre que sea necesario, con tal de poder unirse para siempre con la persona que ama de verdad. De la misma manera, cuando se descubre la vocación religiosa, uno está dispuesto a todo, incluso con el ánimo propio del Quijote de la Mancha, a dedicarse con todo, alma, vida y corazón, a la tarea apostólica, para convertir a todo el mundo, hasta a Saddam Housein o Bush, si se pudiera llegar a ellos...
 
A veces pensamos que este tiempo de la plena disponibilidad tiene que ser más intenso en la juventud, cuando se toman generalmente las grandes decisiones, y el ímpetu de la juventud no ha sido aplacado todavía por los fracasos y las frustraciones de la vida. Sin embargo, no es exclusivo de esta etapa de la vida. El paso de la vida y el del tiempo pueden ayudarnos a vivir con una disponibilidad cada día mayor a lo que Dios dispone para nosotros. Es más. Probablemente la madurez haga más posible un disponibilidad ante lo que Dios tiene previsto para cada uno de nosotros, mayor que la que el entusiasmo de la juventud, con su fuerza propia, pero también con la inestabilidad que a veces las pasiones de la juventud incluyen...
 
2. JESÚS NOS MUESTRA EL CAMINO DE LA TOTAL DISPONIBILIDAD A LA VOLUNTAD DE DIOS... A esto se refiere la fiesta de hoy, la presentación del Niño Jesús en el Templo. Es el contenido, en el rezo del Rosario, del cuarto misterio gozoso: Jesús es llevado al templo por José y María cuarenta días después de su nacimiento (por eso el 2 de febrero, 40 días desde el 25 de diciembre...), para ser presentado a Dios. Allí el anciano Simeón y las profetisa Ana ponen en evidencia lo que será de Él...
 
Jesús es Dios, y su disponibilidad para con lo que su Padre ha dispuesto para Él es desde el primer instante plena y total. Pero se desarrolla a través del tiempo, y va creciendo con Él, que mientras crece va adquiriendo la fortaleza que le permitirá su entrega total por nuestra salvación en la Cruz. La disponibilidad de Jesús para con su Padre es completa. Es para los momentos de gloria y de alegría, como cuando Simeón y Ana lo encuentran en el Templo, y cantan agradecidos a Dios,. Pero también para los momentos de dolor, que Simeón profetiza, anunciando a María que su corazón será atravesada por una espada (siempre se entendió esto como una referencia a la Cruz de Jesús).
 
La vocación de las Hermanitas de los Pobres nos muestra también qué significa estar siempre disponibles para Dios. Ellas, como las demás personas que llevan una Vida Consagrada (a la que la Iglesia dedica este día), se consagran con los tres característicos votos de todas las religiosas, pero también con un cuarto, que les es propio. El voto de pobreza las pone, como al mismo Jesús, en las manos de Dios, por el camino que Él mismo eligió. El voto de castidad las hace enteramente de Dios, entregando sólo a Él todo su corazón. El voto de obediencia las hace dóciles a la voluntad de Dios. Pero además, con el voto de Hospitalidad, se disponen a recibir siempre a Jesús en cada anciano pobre que llega a sus casas. Los que conocen a las Hermanitas saben bien la alegría que irradian, que proviene simplemente de su continuo encuentro con Jesús, en el servicio de los ancianos y en la oración (y los que no las conocen, no dejen pasar la oportunidad de hacerlo, porque, estoy seguro, se llenarán de Dios...). Esta disponibilidad que Jesús, y también las Hermanitas, nos muestran,  es la que Dios para cada uno de nosotros:
 
3. PARA ENCONTRAR LA PAZ, HAY QUE ESTAR SIEMPRE DISPUESTOS, PARA LO QUE DIOS QUIERA... ¿Cuántas veces nuestras tristezas y amarguras, nuestras frustraciones y fracasos, se deben sólo a que hemos hecho nuestros planes sin tener presentes los de Dios? De esa manera, cuando las cosas no salen como nosotros queríamos, soñábamos o esperábamos, nos parece que todo está acabado, y que ya nunca podremos ser felices. Sin embargo, gracias a Dios, la realidad supera a los sueños...
 
Y es en la realidad, no en los sueños, donde Dios viene a nuestro encuentro, con su gracia y con su amor. Hace falta estar atentos, para ver los signos con los que Dios nos va mostrando su voluntad. No lo hace generalmente mandándonos telegramas o correos electrónicos, sino a través de las personas, las situaciones y los hechos que nos toca vivir, y especialmente en nuestros momentos de oración. Y estando dispuestos para lo que Dios quiera, siempre nos dará paz su voluntad, cualquiera que sea, porque siempre viene de la mano de su inclaudicable amor...


Un abrazo y mis oraciones.
 
P. Alejandro W. Bunge
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Predicaciones del P. Alejandro W. Bunge: