Removiendo ostáculos...

Queridos amigos:
 
Esta fue mi predicación de hoy, 28 de septiembre de 2003, XXVI Domingo del Tiempo Ordinario. Me apoyé en las siguientes frases de las lecturas bíblicas de la Misa del día:

 
Jardinero1. HAY MUCHAS HERRAMIENTAS MUY ÚTILES, SI LAS SABEMOS MANEJAR... Pienso en esto cuando veo a Hipólito, el jardinero del Hogar Marín, donde soy Capellán, manejando con soltura la bordeadroa, para cortar el pasto en el borde de los canteros, y lo comparo con lo que yo soy capaz de hacer con el mismo instrumento...
 
En realidad, son continuas y numerosas las ocasiones que nos permiten constatar que no bastan los mejores instrumentos, si no los sabemos manejar con habilidad. Me admiro cuando lo veo a Raúl, encargado en el Hogar de "arreglar todo". Con la misma facilidad y calidad se ocupa de trabajos de carpintería, electricidad, plomería, albañilería, y cualquier otra disciplina manual que se le ponga por delante (conviene tener presente que Raúl es sordomudo, y eso no le impide tener una habilidad que ninguno de nosotros tendría en los terrenos en los que él se mueve con tanta facilidad...). Lo mismo pienso cuando Ada maneja el órgano de la Iglesia, y me maravillo que obtenga sonidos armoniosos de un instrumento del que yo no sacaría más que "ruidos". Por último, sirva también como ejemplo de mi admiración el de las señoras que en el Hogar van de aquí para allá con los carritos en los que llevan las bateas con la ropa que va a la lavandería, manejándolos por los pasillos con más habilidad que un corredor profesional sobre un Fórmula 1...
 
Por otra parte, viendo a algunos ancianos en el Hogar moviéndose con soltura y comodidad, a pesar de sus limitaciones, gracias al uso de bastones, o trípodes, o sillas de rueda, o andadores, me maravillo de todo lo que se puede hacer con las herramientas adecuadas, utilizadas con ciencia y sabiduría...
 
Ahora bien, también nuestro cuerpo ha sido dotado por Dios de herramientas muy buenas, que tienen como finalidad servirnos para hacer el bien, y que tantas veces deshonramos utilizándolos para hacer el mal. De esa naturaleza son las manos, los pies, los ojos, y el corazón. Por esta razón Jesús nos da instrucciones precisas sobre el uso que se ha de dar a los instrumentos o herramientas con los que nos ha dotado...
 
Escalera2. JESÚS NOS LLAMA A PONER LA MIRADA EN LA META, Y A QUITAR DEL CAMINO LOS OBSTÁCULOS... Nuestra vida consiste esencialmente en una vocación, porque parte de un llamado de Dios. Pero como llamado que es, requiere una respuesta, y ella está en nuestras manos. Nos llama a la Vida eterna, y para responder adecuadamente, lo primero que hace falta es poner la mirada en la meta. Aunque resulte esencial vivir con los pies sobre la tierra, hay que mirar al Cielo si en algún momento pretendemos alcanzarlo...
 
Puesta la mirada en la meta, se nos hace más claro el camino. siempre será el mismo, que Jesús nos muestra con el testimonio de su propia vida. a la meta a la que Dios nos llama sólo se llega por el camino del amor y de la entrega, a Dios y a nuestros hermanos. Y para eso son útiles herramientas todo lo que Dios nos ha dado. Nuestros ojos, nuestras manos, nuestros pies, nuestra inteligencia, nuestro corazón, son todos instrumentos del amor para el que Dios nos ha llamado...
 
Por eso Jesús nos advierte con dureza que, si no nos sirven para eso, sino que se hacen herramientas del pecado, que nos alejan de Dios y de nuestros hermanos, más nos vale desprendernos de ellos, y llegar al Cielo, que conservarlos, pero sólo para la condenación y la frustración eterna, como consecuencia de habernos negado a seguir el camino por el que Dios nos ha llamado...
 
Esto me ha llevado en estos días a pensar también en todos los instrumentos, que en sí son indiferentes, ni buenos ni malos, pero que, mal utilizados, pueden hacer mucho daño. Pienso en el micrófono que tienen algunos periodistas, o en la pluma con la que escriben, como instrumento utilizado sólo superficialmente o para el escándalo. Hasta hoy, por ejemplo, estaban todos pendientes de una palabra que les llenara las primeras planas, ya fuera con una abdicación del Papa o con el nombramiento de nuevos "cardenales argentinos". Como no se les dio, seguramente ya abandonarán el tema, sin interesarles más lo que pasa con este gran hombre, cuyo servicio no ha cesado (les confieso que me han llamado de alguna radio en estos días pidiéndome que "salga al aire" para aclarar lo que querían preguntarme sobre la elección del Papa, y me he negado, porque no he visto en ello ningún interés por saber, sino sólo por saciar una morbosa curiosidad, nada piadosa, y para nada interesada del camino de la Iglesia y de su servicio a la humanidad)...
 
Lo mismo podría pensarse, tal vez, de herramientas como el voto o el poder que los votos dan, que podrían ponerse al servicio de los ciudadanos, finalidad para la que se han implementado, y en cambio se utilizan muchas veces para la ventaja propia, el fraude o el negocio oculto, sin más servicio que al propio egoísmo y fascinación...
 
Alguno podría pensar que si, haciendo caso a Jesús, nos desprendiéramos de todas las partes de nuestro cuerpo o de las herramientas que usamos para el mal, más que para el bien, terminaríamos todos muy mutilados. sin embargo, teniendo en cuenta, como ya hemos dicho alguna otra vez, que hay que poner el remedio donde está la enfermedad, la advertencia de Jesús nos debería para poner en cuarentena, bajo observación y bajo sospecha nuestro corazón, ya que es desde allí desde donde nacen nuestras malas intenciones y nuestros pecados, que después se concretan con las manos, los ojos los pies o las herramientas con las que ponemos en marcha nuestro egoísmo...
 
Juan Pablo II anciano3. HAY QUE UTILIZAR TODO PARA EL SERVICIO DE DIOS Y DE LOS HERMANOS... En resumen, la advertencia de Jesús nos llama a estar atentos, para utilizar todo lo que Él nos ha dado, para la precisa finalidad para la que nos ha sido dado: para el servicio de Dios y de los hermanos...
 
Por eso me parece de gran actualidad tener en cuenta el impresionante testimonio que nos da hoy el Papa, viviendo hasta las últimas consecuencias su servicio al Evangelio, que nos predica con su palabra y con su propio ejemplo. Él está verdaderamente decidido a poner todo lo que ha recibido de Dios al servicio de su misión. Es verdad que las piernas ya le responden poco, y la voz le tiembla, y los gestos de la cara se le han puesto duros, y hasta los intestinos le juegan de vez en cuando una mala pasada, como el miércoles pasado (¿y a quién no...?). Pero eso no parece impedirle seguir entregando con toda la lucidez que hoy tiene todo lo que Dios ha puesto en sus manos para el servicio al que Él mismo lo ha llamado (la foto de al lado es del jueves, al día siguiente de su "mal intestinal", mientras los periodistas no dejaban de especular una abdicación de la que seguramente les importa cuánto espacio les permitirá dedicarle en los diarios o en las radios)...
 
Por eso, en este tiempo de especulaciones mezquinas, creo que lo que nos toca es rezar para que Dios siga sosteniendo a Juan Pablo II fiel a su misión por todo el tiempo que Él quiera, sin necesidad de tener en nuestras manos los tiempos que Él maneja. Y también por supuesto, dedicarnos también nosotros a utilizar todo lo que Dios nos ha dado, para su servicio y el de nuestros hermanos, removiendo todo lo que se oponga como un obstáculo...


Un abrazo y mis oraciones.
 
P. Alejandro W. Bunge
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