1. TODOS LOS DÍAS SUCEDEN MILAGROS, Y
MUCHAS VECES NI NOS
DAMOS CUENTA... Todos los días, quizás mucho
antes que nos despertemos,
el sol está ya dándonos su calor y
energía. Es cierto que a veces está
nublado, y eso no nos deja verlo. Pero si el sol
estuviera, hace rato que ya estaríamos del todo congelados o
desintegrados.
Si el sol no estuviera atrayendo a la tierra continuamente, como el
centro de gravedad alrededor del cual gira continuamente, con ese
maravilloso equilibrio que la atracción gravitacional logra
entre todos
los planetas, estrellas y demás componentes del sistema
solar, vaya uno
a saber hacia donde
habríamos salido disparados tierra...
Por otra
parte, no sólo el sol nos hace falta, y está
puntualmente todos los
días cumpliendo su función. Las nubes,
así como también la lluvia a la
que las nubes dan origen (a veces como tenue llovizna, otras veces con
furia estremecedora), también acuden en nuestro auxilio. En
este tiempo
de primavera, la lluvia viene muy bien para el trigo sembrado, y
gracias a ella dentro de unos meses tendremos el grano que nos
permitirá seguir teniendo pan sobre la mesa. Así
que, nublado y todo,
el sol está siempre cumpliendo su función, lo
mismo que cada parte de
este universo que Dios nos ha regalado como casa para todos. Maravilla
de la creación, de la que a veces no tomamos suficiente
conciencia, y
que verdaderamente no está nada mal...
Además, cuando nos
despertamos esta mañana,
seguramente pudimos darnos cuenta que seguíamos respirando.
Pudimos
constatar de esa manera que seguía habiendo
oxígeno en el aire, con
mayor o menor concentración o pureza, pero siempre presente
para
cumplir su función de combustible esencial para nuestra
supervivencia.
Si no hubiera sido así, nos hubiéramos ahogado, y
en realidad ni
siquiera nos hubiéramos despertado. Tampoco esto
está nada mal...
2. LA
GRATITUD ES UNA VIRTUD QUE CABE SÓLO EN LOS CORAZONES
GRANDES... Para
comprender en todo su contenido la virtud a la que Jesús nos
quiere
despertar, es necesario primero comprender todo lo que Él no
da. Jesús,
que murió por nosotros en la Cruz, resucitó de
entre los muertos para
darnos la vida eterna, y ahora vive para siempre, como recordaba hoy
San Pablo. La resurrección de Jesús nos permite a
nosotros participar
de su Vida, que es "la única", la verdadera. Y por eso, por
pura
misericordia de Dios, hoy nuestra muerte puede llevarnos a la Vida.
Tanto la enfermedad, como toda otra larga cantidad de males que hasta
ahora sólo eran signo y camino de la muerte, hoy son signo y
camino
hacia la salvación (conviene recordar que esta
palabra tiene la misma
raíz que salud, y es la salud más completa, ya
que se trata de una
salud que ya nadie nos puede quitar, porque consiste en alcanzar el
sentido pleno de la vida, junto a Dios, para toda la eternidad).
Así,
de la mano de Jesús el dolor se convierte en un camino a la
paz...
Jesús hoy
nos despierta, a través del leproso curado que
volvió a darle gracias
porque se dio cuenta de lo que le había pasado, a mirar las
cosas en su
verdadera dimensión. Para ello basta que abramos los ojos y
"nos demos
cuenta". Diez fueron los curados, y uno solo vio lo que le
había
pasado. Sólo el extranjero fue quien se dio cuenta de lo que
Jesús
había hecho en él. Y volviendo a Jesús
con un corazón agradecido,
movido por la fe, encontró en Él no
sólo la salud, sino también, como
Jesús se lo hace ver, la salvación...
3. ES NECESARIO ESFORZARSE ENSANCHANDO EL CORAZÓN
CON EL AMOR, PARA ALCANZAR LA SALVACIÓN... Para alcanzar la
salvación,
entonces, hace falta un corazón grande, ya que
sólo así cabrá en él la
gratitud. Habrá que quitarle, entonces, los cerrojos al
corazón, para
que crezca a la medida de la salvación que Dios nos quiere
dar...
Una vez que le hayamos quitado los cerrojos, lo
que hará posible que se ensanche nuestro corazón
serás el amor.
Recordemos, por otra parte, como he dicho ya otras veces, que el
corazón de cada uno de nosotros es muy peculiar: tiene una
llave que
sólo se puede abrir desde adentro, nadie entra en
él si no quitamos los
cerrojos...Volver al inicio de la predicación...
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