Por el camino de la Fe...

Queridos amigos:
 
Esta fue mi predicación de hoy, 24 de febrero de 2013, Domingo II de Cuaresma del Ciclo Litúrgico C, en la Abadía Santa Escolástica y en el Hogar Marín:

I.- Vídeo, en Youtube y en Facebook
II.- Versión escrita
III.- Lecturas bíblicas de la Misa



Explorador1. PARA ELEGIR BIEN EL CAMINO, HAY QUE TENER CLARO CUÁL ES LA META... El camino siempre depende de la meta. Pensemos en alguien que quiere llegar a ser un buen profesional en una carrera universitaria. Está claro que no podrá contentarse con seguir por los caminos de la diversión y del deporte, que, ciertamente, pueden ser muy atrayentes y estar llenos de satisfacciones, incluso la dedicación profesional al deporte. Pero si lo que quiere es llegar a ser exitoso en una carrera profesional universitaria, dedicarse al deporte y a la diversión no será un camino adecuado. Tendrá que dedicarse al estudio y a recorrer el camino de la experiencia para aprender a través de ella los vericuetos de la profesión...

Benedicto XVIEl Papa Benedicto XVI nos ha mostrado que es un hombre de fe, que sabe elegir bien los caminos, teniendo delante de sus ojos la meta. Eligió un camino cuando eligió aceptar la elección que hicieron de él los Cardenales en el Cónclave de 2005 como sucesor del Apóstol San Pedro. Pero además podemos estar seguros que también tuvo delante de los ojos la meta, cuando con la misma libertad con la que aceptó esa misión, eligió renunciar y dejar a los Cardenales la tarea de elegir un nuevo Papa...

El Papa tuvo siempre delante de sus ojos, abiertos a la luz de la fe, la meta que Jesús le propuso, y nos enseña a todos nosotros hacerlo con la confianza y la tranquilidad que sólo pueden alcanzar un corazón que escucha a Dios y se dispone siempre a responderle con fidelidad...

Transfiguración2. JESÚS PONE NUESTRA META EN EL CIELO, Y NOS MUESTRA CUÁL ES EL CAMINO... Jesús, después de haberle prevenido a los Apóstoles que iban hacia Jerusalén, donde le esperaba el paso amargo de la Cruz, se apareció trasfigurado ante ellos, con el rostro resplandeciente y la blancura de sus vestiduras, de carácter celestial. Era la gloria de Dios que resplandecía en Él anticipadamente, para animar a los Apóstoles, que lo acompañaban llenos de temor. Hablaba con Moisés y con Elías, que representan a la Ley y a los Profetas, acerca de su partida, es decir, de su paso, de su Pascua, que a través de la Cruz lo llevaría a la Resurrección. Esta transfiguración de Jesús ante sus Apóstoles más queridos tuvo la finalidad de mostrarles que su camino iba a terminar bien, que tenía fijada una buena meta, que es el Cielo. Y también nos sirve a nosotros, en nuestro camino cuaresmal, para animarnos en esta dura marcha...

Nosotros también estamos hechos para la gloria y para la Resurrección, nuestra meta también es el Cielo. Pero no se llega allí de cualquier manera y por cualquier camino. Hace falta seguir los pasos de Jesús. Ese camino es el de la Cruz, el de la entrega plena y pacífica a Dios y a nuestros hermanos en el amor. Todas las palabras que Jesús nos dice a lo largo de toda su vida, y todo lo que Él hace, nos muestra ese camino. Por eso en la transfiguración, en la que Jesús nos muestra la meta, aparece la voz de Dios nuestro Padre diciéndonos con toda claridad que los escuchemos a Jesús, y sólo a Él, y, por supuesto, que le hagamos caso, ya que Él es el que nos muestra no sólo la meta, sino quien nos dice cuál es el camino que allí nos lleva. Hay que escuchar a Jesús, para no errarle al camino. Y no hay que errarle al camino, si queremos llegar a la meta a la que el mismo Jesús nos ha invitado con su Resurrección, y a la que nos queremos preparar especialmente en este tiempo de conversión, que es la Cuaresma...

Por eso resulta especialmente luminoso que la renuncia de Benedicto XVI llegue a hacerse efectiva el próximo jueves, en este tiempo de Cuaresma, y no puede suponerse que sea una mera coincidencia, sino una decisión consciente del mismo Papa. Es un tiempo de conversión para que los que fuimos unidos a Jesús y rescatados por Él en el Bautismo y nos hemos apartado de Él, volvamos a la fidelidad al don recibido. Y por eso este tiempo de Cuaresma reclama que sea mayor nuestra oración, nuestro espíritu de sacrificio y nuestro esfuerzo de acudir con el corazón abierto a las necesidades de nuestros hermanos a través de lo que tradicionalmente llamamos limosna, que con verdad podemos llamar "un amor efectivo y comprometido". Estas herramientas de la oración, el ayuno y la limosna van limando las aristas de nuestra vida de fe, para que se mantenga más fiel al camino en el que Jesús nos puso con el Bautismo, y que nos lleva a la meta...

Año de la FeEl Año de la Fe, iniciado por Benedicto XVI el 11 de octubre del año pasado, cincuenta años después de iniciado el concilio Vaticano II, es también una ocasión especial para la renuncia del Papa. Bendicto XVI exhorta a toda la Iglesia a volver durante todo este Año la mirada al Concilio Vaticano II para descubrir todo lo que nos falta para llegar a completar todo lo que este Concilio propuso para renovar eficazmente a la Iglesia. Sin duda esto es un camino de fe. Lo que el Concilio Vaticano II pretendió, efectivamente, fue renovar a toda la Iglesia desde sus mismas entrañas. No se trata, por lo tanto, simplemente de renovar algunas formas externas, por importantes que sean, no alcanza con cambiar las formas o los colores de los ornamentos litúrgicos, ni los modos de vestirse los clérigos o los hábitos de los religiosos; se trata en cambio de renovar la fe de siempre con nueva vitalidad, y así renovar la Iglesia entera y la fidelidad con la que vive dedicada a su misión...

Peregrino3. LA MIRADA EN EL CIELO, EN LA META, Y LOS PIES EN LA TIERRA... Vamos hacia el Cielo, y sólo nos sirve todo lo que nos acerca a esta meta. En primer lugar, entonces, una fe renovada hará que no quitemos la mirada de la meta. A eso nos ayuda especialmente la oración, a la que el Papa se dedicará desde el jueves, una vez que se haga efectiva su renuncia, con una nueva intensidad...

RenunciaEs con la mirada puesta en el Cielo que el Papa entendió que lo que ahora le tocaba era presentar su renuncia. Así lo decía él mismo hoy en su último Angelus rezado desde el departamento pontificio, asomado a la ventana que da a la Plaza de San Pedro. Pero el Papa lo hizo teniendo al mismo tiempo los pies bien sobre la tierra. Por eso es que, viviendo de la fe, puede confiar en que los Cardenales que se reúnan en el Cónclave sabrán elegir quién tome su lugar. Los Cardenales tendrán ciertamente los ojos puestos en la meta, sin quitarlos de allí. Viviendo entonces ellos mismos de la fe, y con los pies en la tierra, encontrarán quién pueda, como Benedicto XVI, ser para nosotros alguien que nos confirme en la fe (que esa es la misión central del Papa), alguien que nos muestre cómo se debe hacer para vivir hoy y aquí con fidelidad la fe, con los pies en la tierra, para llegar a donde Jesús nos invita, por eso con los ojos en la meta, el Cielo. Para eso Jesús nos regaló este don de la fe, a ser vivido aquí en la tierra...

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Lecturas bíblicas del Domingo II de Cuaresma del Ciclo C:

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