Para ser testigos de su amor...
1. A VECES SE MULTIPLICAN LOS MOTIVOS PARA TENER MIEDO O
PARA ESTAR TRISTES... Con un poco que hayamos caminado en la vida, es muy
posible que rápidamente pensemos que no es todo lo que esperábamos, sobretodo
cuando la soñábamos, de jóvenes, como una simple cosecha de triunfos y festejos
que debían corresponder a nuestras especiales condiciones personales. La marcha
nos hace ver que también a nosotros nos corresponden, al menos de vez en cuando,
algunos fracasos, no sólo profesionales o laborales, sino también en nuestras
aspiraciones de ser adalides de la fe, e incluso en los afectos. Las
limitaciones que vamos experimentando nos pueden ir haciendo arquear hacia abajo
las cejas y la comisura de los labios, al tiempo que se nos va cayendo el pelo.
Nuestra mirada hacia el futuro se hace más triste, y el horizonte que tenemos
por delante puede hacer que crezca en nosotros el miedo...
Por otra parte, el mismo mundo en que vivimos alcanza para meternos miedo,
y llenarnos de bronca o de temor. Con demasiada frecuencia nos toca experimentar
que muchas veces las cosas parecen sonreírle más fácilmente a "los malos" que a
"los buenos". También en nuestro tiempo se multiplican los que por la fuerza o
por el engaño, y no por el derecho, o lo que es lo mismo, con
derecho, se apoderan de lo que pertenece a otros. Y esto vale para los que
usurpan el petróleo, acaparan la ciencia, malversan los bienes públicos,
violentan la convivencia pacífica, retienen injustamente el salario que
corresponde al que trabaja, o de cualquier otra manera se quedan con lo ajeno,
lo destruyen o lo malversan...
Sin embargo, con ser grandes, pueden no ser éstos los
mayores motivos de miedo y de tristeza que nos embarguen. Los que vivimos aquí,
en el Hogar Marín, o los que vienen con frecuencia, conocíamos a Cristián
Bourdieu, un hombre bueno y silencioso, fuerte y apuesto, de una fe firme y
serena, de pocas palabras y de mucho amor. El año pasado, de golpe, se encontró
enfermo, y todos lo vimos marcado por los límites que le impuso su enfermedad.
Tuvo que cambiar su tarea de voluntario en el Hogar, que realizó hasta que pudo
(conforme a cómo él era, no hacía lo más vistoso, por cierto, ya que ayudaba a
bañar a los ancianos residentes), y aprender a dejarse ayudar, también con
bondad y en el silencio. Su muerte, el pasado martes, nos ha hecho experimentar
a todos no sólo la tristeza, sino también el temor y la incertidumbre. ¿Qué será
de nosotros?...
2. JESÚS NOS DA, CON SU ESPÍRITU, LA VIDA, LA FUERZA Y EL
AMOR DE DIOS... Esto es lo que estamos celebrando en esta Solemnidad de
Pentecostés, cincuenta días después de haber celebrado en la Pascua la
Resurrección de Jesús. La Resurrección de Jesús no es sólo para Él. Por eso,
como fruto de la misma, Jesús nos deja su Espíritu, por el que su triunfo se
hace también nuestro...
El
Espíritu Santo, que todos nosotros, como Cristián, recibimos por primera
vez en nuestro Bautismo, nos hace verdaderamente nuevos [aquí lo vemos junto con
su hijo varón y su nuera en el Bautismo de uno de sus nietos, de quien fue
padrino, con el significativo trasfondo de la imagen de la Beata Juana Jugan,
fundadora de las Hermanitas de los Pobres e inspiradora del servicio de amor que
él aquí realizaba]...
3. HEMOS RECIBIDO EL ESPÍRITU DE DIOS, PARA SER TESTIGOS DE
SU AMOR... Con el Bautismo hemos recibido el Espíritu Santo, y Él encendió en
nosotros el Amor de Dios. Nuestra fe vivida con silenciosa responsabilidad
alimenta esa presencia del Espíritu Santo en nuestros corazones. Eso nos dice,
también, la misión en la que participamos todos los que fuimos bautizados y
recibimos el Espíritu Santo: transformar todas las cosas con la perseverancia en
el lenguaje universal del amor, que a todos resulta claro y en el que todos
podemos expresarnos...
En realidad, animados por el Espíritu de Dios, todo se irá transformando,
en la medida en que seamos testigos del Amor de Dios ante todos los hombres.
Basta, para que estemos seguros de ello, que tomemos en cuenta el camino que,
con su servicio silencioso, Cristián nos ha dejado marcado...