Con paciencia y con constancia...
Queridos amigos:
1. CUANDO TODO TIEMBLA, SURGE LA PREGUNTA:
¿ESTARÁ LLEGANDO EL FIN DEL MUNDO?... Cuando hay un terremoto, todo se
mueve, todo tiembla, nada se sostiene en su lugar (lo experimenté una
vez en México...). Es como cuando todo anda mal y llega el agua al
cuello. Surge inmediatamente la pregunta: ¿estará llegando el fin del
mundo? ¿Hacia dónde salir corriendo?...
Por grave que sean nuestros problemas de
seguridad, esta descripción de nuestra realidad social nos muestra que
no son ellos los problemas más graves de nuestra patria. Para muchos, a
esta altura la mayoría, de los que pisan nuestro suelo argentino, el
problema más grave es sencillamente la subsistencia. Ante estas
situaciones y muchas otras que pueden servir para describir un país que
nos duele profundamente y que causa mucho dolor, surge inevitable la
pregunta: ¿Qué hay que hacer?...
2. JESÚS ES LA ROCA FIRME EN LA QUE NOS
PODEMOS APOYAR CUANDO TODO TIEMBLA... Él es por quien se hizo el mundo,
y quien lo salvó de la perdición (eso es lo que se llama la
"redención", que Jesús hizo en la Cruz, donde venció la muerte
resucitando). Por eso, es posible apoyarse en Él...
Por otra parte, el fin del mundo no será su
destrucción, sino su plenitud. Dios no es un chico caprichoso, que
cuando no le gusta o funciona mal un juguete, lo rompe. Hoy hay
guerras, revoluciones, terremotos, pestes, hambre, persecuciones. Pero,
como dice Jesús, esto no es el fin del mundo, sino parte de él.
Mientras tanto, a nosotros nos toca ayudar a construirlo, apoyándonos
en Jesús, que transformó toda nuestra realidad en un camino de
salvación, en la Cruz. También nuestra patria, como nuestro hogar, que
para los que aquí vivimos es concretamente este Hogar Marín, en el que
celebramos la Misa, es parte del mundo que nos toca construir. Como nos
dicen los Obispos argentinos en el pronunciamiento que he citado más
arriba, "es sobre todo la fe en Dios creador que dotó al hombre con
todos
los recursos para una vida digna, lo mismo que en la encarnación del
Hijo de Dios que asumió y dignificó todo lo humano, como también la
espera de su vuelta definitiva sirviendo con amor al prójimo y a la
sociedad, lo que nos da fuerzas para renovar nuestro compromiso de
construir la Nación que necesitamos."...
3. EL CIELO SE ALCANZA CON PACIENCIA Y CON
CONSTANCIA, APOYADOS EN JESÚS... Puede ser que las cosas anden mal, y
verdaderamente es así. Pero el final feliz está garantizado, porque
Jesús lo ha ya inaugurado con su Resurrección, y nos está preparado en
el Cielo, que es el verdadero fin del mundo, en un doble y consolador
sentido: 1) el mundo tiene en el Cielo su meta; 2) el mundo tiene en el
Cielo su plenitud...
Pero mientras tanto,
no podemos
quedarnos de brazos cruzados, esperando que llegue la salvación, sin
que a nosotros nos toque hacer nada. Los Obispos argentinos nos
recuerdan en su pronunciamiento de esta semana que nosotros encontramos
luz sobre la parte que nos toca hacer, en la Doctrina Social de la
Iglesia, que "es la proyección del Evangelio para iluminar la vida en
la sociedad
humana. El cristiano encuentra en ella inspiración no sólo para
ejercer
la caridad ante las miserias que sufre el prójimo, sino para vivir en
la sociedad civil de manera responsable y conforme al designio divino"...
Por eso los Obispos argentinos nos exhortan a todos "a vivir en la sociedad civil con espíritu de justicia, veracidad, solidaridad, laboriosidad, procurando ser en ella como el fermento en la masa". Porque apoyados en Jesús, como lo hace el Papa (su báculo, el cayado del Pastor, como el de Pablo VI, tiene representado en su extremo superior a Jesús, que cargando con el peso de nuestros pecados, llega a torcer el madero de la Cruz)...