Tomar en serio las decisiones...
1.
MUCHAS COSAS NO SE ARREGLAN PORQUE NOS CUESTA TOMAR EN SERIO LAS
DECISIONES... A veces sucede con el régimen que los
médicos nos
exhortan a asumir, ya sea porque se trata de algo ineludible para bajar
los kilos que tenemos de más (que, más tarde o
más temprano, atentan de
algún modo contra nuestra salud), o porque, más
urgentemente todavía,
resulta necesario para superar alguna enfermedad más o menos
seria. Al
menos en el primer caso, y también a veces en el segundo, el
régimen es
algo que sólo estamos dispuestos a comenzar el lunes, pero
ni siquiera
el lunes próximo, ya que cuando éste llegue, y
ante el primer tropiezo
en la intención de hacerlo, pensaremos que quizás
nos convenga empezar
el régimen, esta vez en serio, el lunes que sigue...
También nos puede
suceder (salvo aquí en el Hogar Marín y en todos
los Hogares de las
Hermanitas de los Pobres, que lucen siempre por su pulcritud) cuando
queremos limpiar rápidamente la casa, ya sea porque vienen
visitas y no
hay tiempo que perder, o porque tenemos otras cosas más
urgentes que
hacer y no queremos perder tiempo en una tarea como esa (que nos gusta
tan poco). Podemos pensar que la solución es esconder la
tierra "debajo
de la alfombra". Ya habrá otro momento, pensamos, o le
tocará a otro,
hacer una limpieza más en serio y más a fondo,
pero mientras tanto
salimos del paso con este "arreglo provisorio" que salva las
apariencias...
Otras
veces se trata de los conflictos que tenemos con algunas personas.
Dejamos de verlas, o nos limitamos a un contacto "social" que se limite
a navegar sobre la espuma de saludos formales y vacíos de
contenido,
con la esperanza o la ilusión de que el tiempo ponga
solución a los
conflictos (aún sabiendo, como fácilmente nos
enseña la experiencia,
que estos conflictos no se superan sólo por dejarlos pasar,
sino sólo
cuando nos hacemos cargo y los enfrentamos). Lo mismo sucede con los
problemas del país. A veces parecería que los
políticos se conforman
con quedarse montados a la espuma electoral de las encuestas. Puede ser
que así encuentren los caminos para sumar algún
voto más, pero
ciertamente de ningún modo eso servirá para
asumir su misión de
estudiar los problemas que se presentan en la organización
nacional,
para proponer las soluciones (y ejecutarlas si se les ha confiado el
ejercicio de la potestad ejecutiva) que permitan realizar el bien
común, a cuyo servicio han dedicado su vida, por
vocación y profesión...
2. LA PALABRA
DE DIOS ES UN GRAN REMEDIO, SI LA ASUMIMOS
CON DECISIÓN Y FIRMEZA... Jesús es la Palabra de
Dios hecha carne, que
nos habla con toda claridad y nos muestra el camino de la
salvación.
Pero no es un Palabra que tome a su cargo hacer lo que a nosotros nos
corresponde, sino que nos ayuda para que nosotros lo hagamos, aunque
sean duras sus consecuencias...
Le
sucedió al profeta Jeremías,
que se tomaba en serio
la Palabra de Dios y la anunciaba sin tapujos, también a
quienes no
estaban dispuestos a escucharlo. Tirarlo a un aljibe no era algo muy
fraterno ni muy pacífico. Los aljibes, por otra parte, no
eran siempre
en ese tiempo las construcciones más prolijas y elegantes.
Podían ser
simplemente un hueco en la piedra en medio del desierto, preparado para
juntar la escasa agua de las lluvias. Y allí lo tiraron
porque no se
callaba la boca ya que, aunque se había resistido en una
comienzo a la
misión que Dios le confiaba, porque le parecía
que era demasiado débil
para llevarla adelante (cf. el relato de su vocación en
Jeremías 1),
cuando aceptó su vocación se dedicó de
lleno a ella asumiendo todas sus
consecuencias...
Nos lo
dice también la Carta a los
Hebreos exhortándonos a
correr resueltamente al combate que se nos presenta. Se trata, sin
duda, del combate de la fe. Es una lucha que comienza dentro de
nosotros mismos para deshacernos del peso del pecado que no nos permite
elevarlos a la altura a la que Dios quiere llevarnos...
3.
DEJÉMONOS ENCENDER SIN MIEDO POR EL FUEGO DE DIOS: NO
QUEMA SINO QUE SALVA... Cuando Dios llega a nosotros con su Palabra, si
le abrimos nuestro corazón nos enciende con el fuego de su
Amor. A
partir de ese momento todo cambia, ya que comenzamos a ver las cosas de
una manera distinta...
Puede
sorprendernos encontrarnos hoy con que Jesús
ha venido a
traer la división. No se trata, por supuesto, que
Él quiera
dividirnos. Pero sí es cierto que ante Jesús no
es posible quedarnos
indiferentes. Será una o será otra, pero ante
Jesús todos tomamos una
posición, y por lo tanto esa posición que tomamos
también nos puede
enfrentar a unos contra otros...
Si nos dejamos
encender por el fuego de Dios, que Jesús siembra en nuestros
corazones,
es posible que no todos estén dispuestos a seguirnos.
Podrán ser
nuestros padres o nuestros hijos, podrá ser la suegra o el
suegro, el
yerno o la nuera, pero sea quien sea quien nos enfrente, siempre
tendremos que seguir fieles a Jesús, porque Él es
el único que puede
salvarnos. El mismo Jesús, por otra parte, será
también la salvación
para aquellos que se opongan a nuestra fidelidad a Jesús.
Por el bien
de ellos, entonces, y no sólo por el nuestro,
hará falta que estemos
dispuestos a esta fidelidad, aunque nos lleve a cargar nuestra propia
cruz, que tendrá para cada uno su propio color...Volver al inicio de la predicación...
Para
suscribirse: predicacionesawb-subscribe@gruposyahoo.com.ar